Hoy en día la mayoría de las personas pasan varias horas frente a la computadora o con el celular, ya sea por trabajo o en los momentos de ocio. Es por eso que OSPAÑA comparte con sus afiliados algunos consejos para intentar mantener una postura que no perjudique a la columna a la hora de utilizar estos dispositivos.
Quienes trabajan en oficina o de modo freelance —por nombrar sólo algunos ejemplos—pasan una gran cantidad de horas sentados, por lo que es importante saber qué posiciones favorecen a la columna y pueden evitar problemas a futuro. Se recomienda que, al sentarse, los isquiones —los huesos que se perciben si uno se sienta sobre las palmas de las manos— queden completamente apoyados sobre el asiento para mantener la curvatura natural dela espalda tanto a nivel lumbar como cervical. Los hombros deben estar relajados y la vista ligeramente por encima de la pantalla, ya sea de la computadora, la televisión o el celular.
Por otra parte, aunque no suela hablarse de ellas, también existen posiciones “correctas” para estar de pie. Se aconseja, por ejemplo, mantener los pies separados por el ancho de las caderas para que el peso del cuerpo se reparta entre ambos y tener las rodillas ligeramente flexionadas. En cuanto al tronco superior, lo ideal es mantener los hombros paralelos al piso y los abdominales ligeramente contraídos con la barbilla apenas inclinada hacia el cuello.
Mantener estas posiciones correctas en todo momento resulta difícil, por lo que OSPAÑA ofrece algunos consejos que pueden servir para intentar prevenir o aliviar las molestias causadas por las malas posturas. Si el dolor ya existe, se recomienda consultar con un especialista para que determine, luego de observar una radiografía, cuál es el problema a tratar. Existe, por otra parte, un factor que muchos no tienen en cuenta al sentir dolores de espalda: el sobrepeso. Mantener un peso saludable, por lo tanto, permite prevenir futuros problemas dado que evita sobrecargar de tensión la espalda.
Es muy importante reconocer la manera en la que cada uno se sienta para detectar malas posturas, sobre todo aquellas personas que pasan muchas horas sentadas durante el día. Este mal hábito no solo se da al estar frente a la computadora y provoca que se tensionen en exceso el cuello, los hombros y la espalda. Un consejo simple pero muy efectivo es levantarse cada una hora y caminar, al menos, cinco minutos; así se relajarán las zonas afectadas. Si se está trabajando con computadora, debe ser posible apoyar la mano sobre mouse y teclado para liberar la tensión de los hombros —para esto, alcanza con regular la altura del asiento—.
Otro factor a tener en cuenta es la distribución del peso a la hora de cargar bolsos o carteras de hombro: el que lleva la carga se eleva y adelanta, lo que provoca un desequilibrio en la columna si esta postura se prolonga. Lo más recomendable es llevar una mochila, pero si no es posible, debe cambiarse periódicamente de hombro el bolso o cartera para compensar el esfuerzo. Una de las posturas que más se repiten a lo largo del día es la que se adopta al mirar el celular, pero lo que no se sabe es que, al hacerlo, la presión sobre las cervicales puede aumentar hasta 27 kg… Si bien es algo difícil en los tiempos que corren, lo recomendable es mirarlo únicamente cuando sea necesario.
El descanso es algo fundamental en el día a día, por lo que el colchón sobre el que se duerme debería presentar ciertas características que muchas veces se pasan por alto, como el hecho de que poco a poco se deforma bajo el peso del cuerpo. Por esta razón, debe rotarse periódicamente —lo ideal sería cada tres meses—. Esta rotación debería empezar colocando la parte donde estaba la cabeza en los pies, luego darlo vuelta y, finalmente, volverlo a la ubicación inicial.
Por último, hay que destacar la importancia de realizar ejercicios de movilidad torácica, hombros y abdominales, ya que fortalecen estos grupos musculares y reducen la presión cervical, mejoran la postura y permiten prevenir molestias. También se recomienda masajear la musculatura paravertebral con una pelotita de tenis o un rodillo de espuma. Deben colocarse entre la espalda y la pared y la persona, una vez en posición, debe subir y bajar con las piernas semiflexionadas ejerciendo presión sobre el rodillo o la pelotita; estos nunca deben tener contacto con las zonas óseas —columna, costillas u omóplatos—, por lo que es fundamental realizar movimientos lentos y controlados.
Ailén Hernández
Caminos Culturales