Entrevista a Rolando García, Director del Auditorio Juan Victoria, espacio declarado Monumento Histórico Nacional y un icono de la arquitectura sanjuanina. El pasado 21 de julio el magnífico edificio celebró sus primeros cincuenta años en un contexto que no era el imaginado, pero que permitió rendirle un merecido homenaje. En esta nota, García explica a Caminos Culturales cómo se han preparado para este aniversario, cómo han adaptado los festejos a este tiempo de cuarentena y distanciamiento social, y cuál será el calendario de actividades para celebrar esta fecha tan especial a lo largo del año.
C. C.: ¿Cómo habían planificado esta celebración?
El 11 de marzo pasado nuestro invitado especial era el solista Leonardo Marconi, quien iba a dar un concierto en el piano Steinway —la lujosa joya del Auditorio—, y debimos suspenderlo un día antes. El Festival internacional de Jazz y una serie de conciertos de órganos con organistas de todo el país, la programación del Mozarteum, la Camerata San Juan y tres festivales internacionales de coro que duraban varias semanas también fueron suspendidos y quedarán para los meses venideros. Todo se canceló. Aquí siempre se oye cómo suena un instrumento, hay mucha vida musical: un contrabajo, una flauta o chicos ensayando en los jardines; extraño esa dinámica diaria. Lo positivo, dentro de todo esto, es que ahora tenemos un año para ofrecer el intenso programa que convocaba a muchísimos artistas actuales y ya retirados, entre ellos, músicos e integrantes de orquestas de San Juan y de otras provincias. Algunos de los conciertos destacados de la programación eran el de Pablo Milanés, Teresa Parodi y el Chango Spasiuk.
C. C.: ¿Qué experiencia han sumado a su vida estos cuatro años como director del Auditorio teniendo ya una gran trayectoria musical?
Estaba en Costa Rica cuando fui convocado y no dudé en aceptar el desafío porque en algún momento he sido crítico de algunas gestiones que no impulsaban, concretamente, la contención a los músicos. Mi primer objetivo fue recuperar un lugar, un ámbito de protección para ellos porque estaban ávidos de ensayar o hacer conciertos y había trabas por los convenios que los ataban a determinados días. Hice una propuesta a las autoridades del Ministerio de Turismo y Cultura, liderado por Claudia Grynszpan, y nos facilitaron la apertura del lugar a otras expresiones. Es un lineamiento del propio Ministerio, una filosofía con la que coincido porque hace tiempo el Auditorio era exclusivo de la música clásica, a la que se veía como una música mayor al lado de la popular, considerada menor.
C. C.: ¿Y cómo la ve usted?
La música no tiene rótulos, la clásica no es buena por ser clásica y la popular no es mala por ser popular. La música es música, el problema aparece cuando no está bien tratada. Hay expresiones populares esplendidas, de hecho, la clásica fue popular en su momento.
C. C.: ¿Cómo se combinan en el Auditorio la música clásica y la música popular?
Hay obras maravillosas como las de Wolfgang Amadeus Mozart que tienen un nivel de complejidad propio de un músico como él, mientras que en la popular no ocurre así y también existen músicos maravillosos. Aquí comenzamos con los ciclos de cantautores y fueron agregándose artistas clásicos interesados en presentar sus obras, llegamos a tener una gran afluencia de público los lunes y martes. Cuando asumí, la relación entre músicos y autoridades era un poco distante, ¡hoy producimos juntos! El Auditorio es el espacio para que una orquesta sinfónica pueda hacer música popular y a la gente le llegó muy bien, de hecho, la Camerata San Juan logró una enorme aceptación del público: tocan cuatro o cinco obras clásicas y el resto música popular, rock, folclore o tango. Hemos tenido que hacer hasta tres funciones para que toda la gente pudiera disfrutar el espectáculo. La música bien tratada, consigue aplausos. En sus inicios, el auditorio era más de élite, en algún momento se notó y de a poco ha ido cambiando. Hoy está abierto a toda la comunidad.
C. C.: ¿Cómo se integran los artistas más pequeños a la programación del Auditorio?
Es hermoso ver los conciertos de la Orquesta Escuela, formada por chiquitos. Es un semillero de futuros artistas cuyos padres se emocionan al verlos sobre el mismo escenario en el que estuvieron Bruno Gelber, Astor Piazzola, Mercedes Sosa. Esta apertura es la que yo imaginaba, con buenos camarines, salas en condiciones. Mi gran desafío durante esto cuatro años ha sido lograr una programación atractiva.
C. C.: ¿Qué significa para los sanjuaninos que un espacio como este haya cumplido cincuenta años?
Están orgullosos de este espacio cultural y musical que recorren en familia: ¡se han apropiado del lugar! Lo cuidan porque saben que tienen las mejores salas del mundo y que convocamos a músicos de excelente nivel. La sociedad se siente contenida y responde en consecuencia.
C. C.: ¿Cómo se reestructurará la programación?
La Orquesta Sinfónica, la Orquesta Escuela, el Centro de Creación Coral y la Camerata San Juan serán la primeras instituciones en regresar al Auditorio porque son las que tenemos aquí y tenemos disponibilidad inmediata para organizar la programación, al igual que con los músicos independientes. A medida que las autoridades nos lo permitan, iremos agregando funciones con artistas que puedan compartir con la orquesta. Ahora estamos pensando cómo volverán a los ensayos y luego, con esa base sólida, armaremos la programación. San Juan tiene una de las masas corales más importantes de la Argentina gracias a don Argentino Petracchini. Antes de Navidad, la idea es hacer un gran concierto al aire libre, algo para que la gente venga a disfrutar de la calidad de nuestros músicos. Estamos esperando el permiso para avanzar. En cuanto a los festejos por el aniversario, en cuanto se habilite la presencia de público en espacios cerrados iremos reprogramando algunos de los conciertos que teníamos preparados.
C. C.: ¿Con qué frase cerraría estos primeros cincuenta años y le daría la bienvenida a los próximos cincuenta? Como si les pasara la posta a los futuros protagonistas.
Creo que Juan Victoria y la gente que hizo esta maravilla de la arquitectura pensaron en los mínimos detalles que tienen que ver con la excelencia musical y el sueño se transformó en realidad: pretendían llenar de arte los espacios que estaban vacíos y lo hicieron con mucho nivel. Nosotros llegamos con un fantástico edificio y un gran catálogo de músicos de nivel nacional e internacional, es más que una realidad de gestión. Trabajamos todos los días para sostener lo construido y proyectarlo a través de melodías que unan y creen lazos de hermandad. Disponer de una sala como esta y que la orquesta pueda ensayar, no se da en otras partes del mundo. A corto plazo, mi deseo es que la Orquesta Sinfónica de la Universidad Nacional de San Juan vuelva a subirse al escenario del Auditorio dirigida por el genial Emmanuel Siffert para ser aplaudida por el público.
Patricia Ortiz
Corrección: Ailen Hernández
Crédito fotográfico: Auditorio Juan Victoria