La Licenciada Tatiana Eva Depetris, Coordinadora Mundo Digital del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón – Museo Evita y socia fundadora de Estudio French, fue entrevistada por el periodista Fernando Mauri para el programa de radio Construcción Plural. La especialista en mundo digital habló, entre otras cosas, sobre el manejo de las redes sociales en la política y lo que esto conlleva en nuestra sociedad.
Fernando Mauri: Me lleva a ti la siguiente consulta, los políticos y el uso de la red social del pajarito. Sabemos que Trump tuitea, pero es un caso especial, en general los políticos tienen un community manager que se ocupa de sus cuentas, a veces más de uno. ¿Cuán atinado es entonces decir “tuiteó Alberto, tuiteó Lilita o tuiteó Horacio”?
Tatiana Depetris: Sí, estoy de acuerdo, exceptuando casos muy particulares, en general no solo tienen community manager sino grandes equipos y planes de comunicación, mensajes armados. Esto, igual, según los libros de comunicación gubernamental, no es un fenómeno nuevo: las subsecretarías de información estuvieron en todos los gobiernos del mundo a lo largo del siglo XX. Quizás lo más disruptivo hoy sea el uso de la tecnología y que los políticos tengan una llegada directa a los ciudadanos, sin intermediarios: las plataformas son de usuario a usuario. Antes más allá de reuniones o actos, no había un contacto directo.
F. M.: El tema redes es entonces lo nuevo, y esto es lo que permite, en el caso de Cristina Kirchner, por ejemplo, evitar a la prensa y comunicar mediante tuits. No hay intermediarios, es unidireccional, ¿cierto?
T. D.: Sí, y es algo mundial también. Me gusta tener una mirada casi antropológica y salir del contexto en el que uno está inmerso porque el fenómeno se repite en muchos lugares, así lo ves además como un observador más objetivo. Con Trump pasa lo mismo, tiene un muy buen manejo de Twitter, una muy buena llegada a su público objetivo, a sus votantes, interpreta muy bien lo que quieren, y los encontronazos que tiene con los medios de Estados Unidos son legendarios. Trump es el caso más paradigmático, pero también se puede ver con Johnson en el Reino Unido. La emergencia de estas nuevas plataformas y el contacto directo con los votantes es lo que posibilita estas peleas del poder con los medios. Y no es casual, porque el modelo de negocio de los grandes medios de comunicación, que les permitió tener tanto poder en el siglo XX, en el XXI entra en crisis. Hoy siguen viendo cómo reinventarse ante estas nuevas tecnologías.
F. M.: ¿Considerás que Trump, entonces, tiene un muy buen manejo de su cuenta de Twitter?
No sé si de su cuenta, lo que quiero decir es que sabe interpretar muy bien lo que quieren sus votantes y lo expresa. Lo mismo que Bolsonaro. No tienen vergüenza digamos, no le dan al mensaje una pátina de corrección política.
F. M.: Claro, y esa es la cuestión entonces, no lográs crecer o llegar a segmentos medios o independientes.
Siguiendo la teoría de comunicación política, no, no deberían crecer hacia segmentos más moderados, sin embargo, logran el caudal necesario de votos como para llegar al poder, es paradójico. Otro axioma de la comunicación política es que el votante no cambia su voto, sino que ratifica su postura, y creo que Twitter y otras plataformas con logaritmos refuerzan eso, porque al entrar te presentan cosas afines a vos, crean un microclima y refuerzan todavía más tu posición.
F. M.: Claro, el sistema de valores y creencias. En la comunicación de políticos Obama utilizó mucho Facebook para la primera campaña, luego Twitter, ahí hay un punto de partida. Son plataformas que se usan mucho a esos niveles.
Con Obama lo que ocurrió fue que hubo una campaña con mucho activismo de las bases. Entre Obama y Trump hubo un fenómeno que hay que soslayar: el escándalo de Cambridge Analytica. Esta consultora usaba de forma indebida datos que tomaba de Facebook para reforzar o instalar temas —trending topics— después de los debates. Algo muy interesante es que los estudios que usaban eran de un investigador de la Universidad de Cambridge, Michal Kosinski, que había descubierto que analizando los likes de Facebook de una persona se podía trazar un perfil psicológico mucho más certero que el que pueden hacer tus amigos, conocidos o familiares. El problema era que no les blanqueaban a los usuarios para qué iban a usar esos datos. Lo interesante es que todos nuestros datos están ahí, en las redes, y si quieren pueden trazar perfiles psicológicos nuestros muy certeros.
F. M.: En muchas películas y series se ha usado mucho esto, todo lo que le damos a las redes, seamos más o menos precavidos. Black Mirror es uno de los ejemplos más claros.
Sí, es muy cierto, y tiene un trasfondo académico y científico. Está instalado en el mundo de la ciencia ficción, pero la realidad es que hay muchos datos nuestros y pueden ser manipulados. Y eso pasó durante la campaña de la que hablamos. Después Cambridge Analytica y Facebook tuvieron que rendir cuentas ante la Justicia porque lograron, de manera indebida, revertir o instalar un candidato, y no solo en Estados Unidos sino también en otros países del mundo.
F. M.: ¿Hasta qué punto el futuro de la comunicación gubernamental es Whatsapp? Recuerdo la campaña de Marcos Peña en el PRO, donde se usó para llegar al vecino. ¿Cómo se podrá canalizar eso? Siempre digo, no tan en broma, que la vida es un gran Whatsapp, que vivimos ahí.
Dos datos. Hace poco vi un informe mundial que hizo Hootsuite, una plataforma para programar, sobre la penetración en redes. Como es una plataforma global, podes mirar país por país y en Argentina, por ejemplo, Whatsapp es la segunda red más usada después de Facebook, seguidas por Instagram y Twitter. Así que, sí, volviendo a tu frase, vivimos en un gran Whatsapp. Y un dato que refuerza esa idea es que en el mundo hay más líneas de teléfonos que personas. Con respecto a Marcos Peña, recuerdo que se dijo que un gran acierto del PRO fue usar la big data para confeccionar campañas políticas. El uso de la big data ya es transversal, con lo cual sería ilógico pensar que no va a ser usado para campañas políticas. Hoy se aplica tanto en el cupón de descuento que nos dan en el supermercado como en la búsqueda de hoteles y destinos: haces una reserva y después te sale propaganda relacionada con ese destino; esto también se usa para campañas políticas.
F. M.: Claro.
Puede parecer ciencia ficción, pero ya no lo es, y hoy se están haciendo muchísimas investigaciones. Una de las personas que habla sobre esto es Yuval Harari, historiador y filósofo israelí. Él sostiene que ahora, con la pandemia, tienen mucha información biológica nuestra, temperatura y otros procesos fisiológicos. Las pasiones también son parte de estos procesos, por lo que cuanta más data nuestra haya segmentada, más fácil será predecir nuestras reacciones y, por lo tanto, instalar temas.
F. M.: Es casi una cuestión de neurociencia.
Totalmente, es algo biológico y digital. Cuantos más datos tengan, mejor van a poder predecir nuestras reacciones e instalar candidatos. Harari, siendo filósofo e historiador, habla sobre los potenciales problemas que esto podría traer y cómo establecer un uso ético de esos datos.
F. M.: Ahí se plantea el derecho a la intimidad y a nuestra privacidad.
Sí, y va a ser cada vez más sofisticado el uso de datos para instalar o revertir campañas políticas. Ese es el fin.
F. M.: Sí, lamentablemente nuestra intimidad corre cada vez más riesgo, estamos más expuestos, muchas veces por malos manejos. Cuando alguien baja una aplicación, casi nunca mira la letra chica donde dice que está aceptando compartir información.
Creo que ese es un buen mensaje para dejar. La tecnología está y avanza, es inevitable e imparable. Vamos a seguir bajando apps y van a seguir juntando datos nuestros, por eso creo que habría que ver qué controles podemos pedir nosotros como ciudadanos para el uso de esos datos, cómo podemos prevenir un uso que no autorizamos o que avasalle nuestra intimidad.
F. M.: Y además tenemos que actualizarnos todo el tiempo.
Sí, ese es otro tema muy importante. La tecnología está creciendo a niveles exponenciales y nosotros percibimos ese avance mucho más lento de lo que es, sumado a que las legislaciones siempre van un paso por detrás porque se establecen a partir de hechos consumados, y es inevitable que sea así.
Patricia Ortiz
Ailen Hernández
Audio: Construcción Plural: https://www.spreaker.com/user/6970442/construccion-plural-programa-648