La Casa de Ourense en Buenos Aires celebró el Día de Galicia

Entrevista al doctor Alfredo Enríquez Badas, presidente de la Casa de Ourense, de la Fundación San Roque y uno de los fundadores de la asociación “Hijos y nietos de Bande”, agrupación creada en 1999 con la aspiración de construir puentes de amistad entre los argentinos que viven en España y los españoles que habitan en la Argentina. El 24 de julio, en la sede gallega, se celebró el tan esperado Día de Galicia que reunió a más de doscientas personas orgullosas de sus raíces, que disfrutaron de un almuerzo “en familia”. Enríquez Badas, viajó con la imaginación y junto a Caminos Culturales, se trasladó a Ourense, cuya historia se construye en la ciudad antigua; calles estrechas y llenas de alegría; frescas plazas y monumentos que marcan un tiempo que se detiene en cada paso. Esta es Ourense, la tierra donde se abrieron sus raíces y se transformaron en abrazos de amistad y deseos de celebrar la vida.

 ¿Cuándo comenzaron las reuniones en la Casa de Ourense?

Soy gallego, nacido en Ourense. Llegué a la Argentina cuando era muy pequeño y hoy mi corazón y mi casa se dividen entre Buenos Aires y el lugar donde nací: viajo seguido para reconectarme con mi propia historia. En cuanto a las reuniones sociales, se iniciaron en 1999 con el sentido de incorporar gente que nos aporta desde el lugar que fuera; ¡compartir y brindarnos es la consigna!

Precisamente, y, para afirmar esta declaración de unión, el domingo 24 de julio de 2022, celebramos el Día de Galicia en nuestra casa con un almuerzo; danzas tradicionales y un espectáculo musical que formaron parte del agasajo del que participaron más de doscientas personas en una jornada colmada de evocaciones dedicadas al Apóstol de Santiago de Compostela. La reunión fue una excusa para mantener vivo nuestro espíritu y transmitir nuestra cultura; si bien fue un momento de alegría; existen en estas familias muchas historias de vida, algunas más complejas que otras, que son apuntaladas por la Fundación San Roque que, además mantiene el Hogar Andrea y el Hogar Don Severino; este último en homenaje a mi abuelo.

La realidad social actual, nos muestra que hay gente que puede pagar las costas de la mensualidad, y otros no; por este motivo, se les brinda ayuda, en particular, luego de la pandemia.

¿Cómo describe a Ourense?

¡Maravillosa! Nací en Bande, un ayuntamiento ubicado en el interior de la provincia de Ourense a unos cuarenta kilómetros de la capital ourensana, muy cerca de Portugal. Es una región granítica muy antigua, bañada por los ríos Cadós, Badella y Limia, eje vertebral de la comarca. Ourense, cuyo origen podría estar en la voz romana auriense (‘ciudad del oro’), refiere así a la gran concentración de este metal que arrastraba en la antigüedad el río Miño.

Ourense es la más gallega de todas las provincias porque sufrió en menor medida la penetración cultural de otras que tenían puerto de mar, dado que, en la antigüedad, las comunicaciones eran, básicamente, marítimas. Es la ciudad de las termas que exhibe un paisaje medieval y rural que ha quedado fijado en la historia porque también cuenta que la instalación de balnearios termales, lo que era indispensable en la Roma Antigua, motivo por el cual se abrieron al mismo tiempo que se fundaba Lucus Augusti, la primera ciudad romana fundada en Galicia y bautizada en nombre de Augusto, emperador de Roma, cuyas tropas disfrutaban de aquellos curativos y placenteros baños. La actual Lugo, con el tiempo, se convirtió en un lugar de gran importancia por sus minas de oro, cuyo metal abasteció las arcas del imperio. Es una ciudad de paisajes maravillosos y tranquilos que encantan: el río Miño, el Cañón del Sil, Lugo y Ourense con sus viñedos…

En este marco de belleza, el pueblo orensano se caracteriza por la pasión y el impulso de seguir adelante; además de amar la tierra y la identidad que está desparramada por el mundo.

¿Cuáles son los pilares identitarios?

Las raíces, en las que se encuentran las familias gallegas; luego el conocimiento de la historia y de la lengua que no es un dialecto. La cultura gallega es muy rica; tenemos poetas como Rosalía de Castro, Curros Enríquez, tío abuelo de mi padre, Alfonso Daniel Manuel Rodríguez Castelao y tantos más. La cultura no debería entenderse solamente como una herencia a conservar o transmitir, sino que cada generación debe desarrollarla; valorarla y actualizarla, a partir de estos pilares y mirando a la modernidad y el crecimiento. Todo proceso debe ser lento y nada brusco.

¿Qué lugares orensanos encantan a los turistas?

Cada lugar nos cautiva por su naturaleza o construcción: hay tres maravillas que no vemos en otras ciudades; el Puente Romano del siglo VI; el Santo Cristo ‒cuya barba, bigote y pelo son postizos y de pelo natural al que una leyenda le atribuye el crecimiento de la barba‒ que impacta por su imagen gótica y su extremo realismo. Contemplar el río Miño que forma un delta en la desembocadura de Portugal, es un momento que nos regala la vida y relajarnos en las burgas, dueñas de aguas sulfurosas que al hervir a alta temperatura beneficia la piel y el estado físico. Por otra parte, recorrer el casco viejo de Ourense, nos conecta con la historia y visitar la imponente Catedral de San Martiño, construida en los siglos XII y XIII, nos revela la extraordinaria arquitectura de estilo románico. Con el paso del tiempo, se agregaron a esta joya nuevos elementos arquitectónicos del gótico, el renacentista, el barroco o neoclásico, logrando una obra admirada por quienes la visitan.

¿Qué destaca del pueblo orensano?

Cuando un orensano conoce a alguien, quizás en un principio frunce el ceño y pregunta: ¿de dónde vienes? En efecto, la gente mayor es dura, se debe a que han trabajado la tierra y vivido de ella; pero luego, al conocer a la persona que abre sus puertas y sus corazones, se llega a ese interior cálido, sincero y afectuoso.

La feria gastronómica es importante. Hoy hay ferias donde se venden animales y el despliegue y arte de las señoras pulperas de Celanova, los jueves, es algo magnífico, imperdible para el lugareño como para el visitante: pulpo y aceite de oliva, ¿además, botella de vino y pedazo de pan? ¡¿qué más se puede decir?!

A propósito, ya en el final del recorrido, no podemos olvidarnos de la ceremonia del vino en el encuentro familiar y amistoso…

La zona de vides es impresionante; ¡la zona de bodegas es admirable y una de las más ricas de Galicia! Un buen vino no puede faltar en una mesa gallega en la que se conjugan las tres C que responden a “cantidad”, “calidad” y “bien calentita”. En la ciudad de Ourense, es una obligación caminar por la calle de los vinos: detrás de la Catedral, y en el casco antiguo, hay taperias o bares que están siempre llenos de familias y grupos de amigos que se reúnen a conversar o disfrutar de esta cultura del brindis. Aquí se degustan los mejores pinchos de pulpo, de orejas; las picadas, las ensaladillas, el pan crujiente…siempre acompañados por una exquisita copa de vino; una maravillosa forma que simboliza el encuentro y la importancia que tiene en la cultura de Galicia.

Patricia Ortiz
Corrección: Beatriz Rodríguez
Crédito fotográfico: Caminos Culturales