El destino Misiones contiene en su geografía a las imponentes Cataratas del Iguazú, un lugar maravilloso que atrae a miles de turistas que llegan anualmente a la ciudad de Puerto Iguazú, ubicado en el nordeste de la Argentina y a catorce kilómetros del “Parque Nacional Iguazú”, creado en 1934 con el objetivo de conservar el entorno y la biodiversidad de las Cataratas que, con más de 250 saltos de agua en plena selva paranaense y a 17 kilómetros de la desembocadura del río Iguazú en las aguas del Paraná, desde 2011, son consideradas una de las “siete maravillas naturales del mundo”.
Iguazú despliega atractivos que sorprenden a cada paso: respirar el aire puro y conectarnos con su verde y exuberante naturaleza son algunos de los encantos que nos invitan a escapar de la rutina.
Y allí, en el corazón mismo de la selva misionera los senderos se abren y esconden en el seno de su espesura, donde la Granja Sapucay, un emprendimiento familiar dirigido por Beto González, ofrece una excelente opción para disfrutar en familia de este ambiente tan especial en el marco de un paisaje bien campestre donde los visitantes se acercan para fotografiar espacios como el corral de las cabras y el establo de los caballos, algunos de los animales mansos, rescatados y recuperados.
La granja es el punto de partida de los paseos ecológicos en caballos y en tractor que permiten disfrutar de una experiencia inolvidable que combina la tranquila y sencilla vida de campo con la misteriosa vegetación de la selva y la ancestral cultura de los guaraníes. Para lograrlo, Alberto Germán González (Beto) y su equipo de colaboradores, son los encargados de organizar los grupos de cabalgadores, que salen en fila india para recorrer tres kilómetros de ida y cuatro de vuelta: “Desde Sapucay tomamos un camino y luego nos internamos en la Reserva Selva Iryapú, conocida como ‘las 600 hectáreas’, donde habita una fauna autóctona y se observa gran cantidad de aves, reptiles y mamíferos”, afirmó Hernán González, hermano de Beto quien con solo quince años conoce el sendero en detalle y disfruta de cada excursión porque ama su trabajo en la granja.
Así, Hernán se detiene en un claro del bosque y allí le cuenta a Caminos Culturales, que utilizan los mejores caballos para hacer las cabalgatas diurnas y nocturnas: “se crea un ambiente tan lindo con los turistas que al hacer un alto en el camino se forman ruedas donde compartimos mate y contamos historias de las comunidades guaraníes que habitan en la reserva que aloja siete comunidades de veinte familias cada una y –aclara–, cada una tiene escuelas. Es una tarea que me entretiene y me permite ganar un sueldo mientras curso mis estudios secundarios. Estoy habituado a conducir grupos de hasta ocho turistas a caballo; si pasa ese número, vienen otros guías. Este es un lugar tranquilo y muy diferente a la vida en la ciudad” continuó el joven guía, orgulloso de la tarea que lleva a cabo, actividad que le permite conocer a gente de todo el mundo y transmitirles los saberes propios de la región.
En cuanto a la yegua que más le gusta, Hernán se refiere a Sapucay: “es muy buena y no hace macanas: es una de las mejores ya que no es agresiva y no muerde a otros caballos. Estos animalitos pueden estar bien o mal, como las personas, y me doy cuenta cuando tiran las orejas para atrás o patean” dijo Hernán quien guardará la experiencia que va adquiriendo en turismo para forjar un futuro en la universidad.
Hernán cuenta, además, por qué considera que es importante conocer la vida de las comunidades guaraníes. Es especialmente interesante ver cómo viven y cómo interactúan con la gente que les pregunta sobre sus costumbres: “la comida típica es el Reviro: una masa que se pone en aceite caliente hasta que se despega de la base del recipiente. También hacen ricos guisos y el chipa guazú, una tarta de maíz que es propia del Paraguay. Como estamos tan cerca de Brasil y Paraguay –comentó el muchacho– comemos lo mismo”.
En efecto, el punto trifinio que señala y a la vez confunde en un abrazo a las fronteras de tres naciones con idiomas diversos –el portugués, el castellano, el guaraní… y el “portuñol”– es otra de las atracciones que ofrece la visita a esta región tan pródiga de la Argentina. Quien tenga pendiente conocer Iguazú, lo mismo que quien ya lo ha recorrido antes y piensa en regresar, cuenta ahora con una excelente propuesta para agendar.
Patricia Ortiz
Corrección: Ricardo de Titto
Crédito fotográfico: Caminos Culturales
