Entrevista a Ana Yurkovich, Ministro Extraordinario de la Comunión que ayuda con el servicio al Párroco de la Capilla San Nicolás de Tolentino, ubicada en la localidad de Albardón, en San Juan, cuya fachada altiva –de una estructura simple y blanca–, luce un gran campanario –un rosetón de vidrios de colores y una cruz–, que nos dice “ésta es la Casa del Señor”.
La primera imagen colocada en el oratorio de esta capilla, fue la de San Nicolás de Bari -el santo cuya basílica, centro de peregrinaje y devoción y posiblemente el edificio religioso más importante de la ciudad italiana-, llegó en 1921. Luego, los hijos de la señora Nicolasa Díaz de Quiroga encargan la imagen de San Nicolás de Tolentino, que hasta hoy preside el Altar Mayor. Todo ello hace a un paisaje rural en contraste con la aridez de la montaña y zonas aledañas al cordón del Villicum, en la localidad de Albardón, ubicada al norte del valle de Tulúm y al oeste de la capital de San Juan, que ofrece un lugar ideal para disfrutar del sol, el aire puro, el contacto con la tierra, el calor de un pueblo con hábitos y costumbres entrelazadas con un entorno de actividades rurales.
¿Dónde está ubicada la Capilla de San Nicolás de Tolentino?
Se encuentra ubicada en la calle que lleva su nombre en la localidad de Las Lomitas del Departamento Albardón, a una distancia de aproximadamente 1.300 metros de la calle La Laja, una de las vías principales que atraviesa el departamento, de sur a norte, y lleva a los Baños Termales de La Laja y a las canteras de travertino y piedra caliza existentes en el lugar, un sitio bucólico de antiguos pobladores y una treintena de casas, en su mayoría aisladas, con algunas pequeñas lomadas. En cuanto al resto de su llana geografía, está cruzada por zanjas de drenaje; con la vista majestuosa del Villicum hacia el oeste y de llanuras hacia el este, que se extienden hasta la sierra del Pie de Palo.
¿Qué tareas lleva a cabo en la capilla cuyo presbítero es Víctor Hugo Gallardo?
Mi tarea actual es la de ser Ministro Extraordinario de la Comunión para atender dos comunidades, ayudando con el servicio al párroco de la jurisdicción, en la localidad de Las Lomitas, Capilla San Nicolás de Tolentino y en Las Tierritas, Capilla de la Virgen de la Carrodilla. Además –y semanalmente–, participamos en la lectura y explicación de la Biblia en la Capilla San Nicolás, distribución de la Eucaristía a ancianos o enfermos y actividades de apoyo comunitario. Prestamos servicio también en la sede central de la parroquia de Santa Bárbara en el servicio de misión y como integrante del Consejo Pastoral.
Por su parte, el actual párroco de la Parroquia de Santa Bárbara es el presbítero Víctor Hugo Gallardo, de cuya jurisdicción dependen las dos capillas mencionadas y es él quien todos los meses asiste en la Celebración de la Eucaristía, el segundo sábado de mes en San Nicolás y primero y tercer domingo de mes en Virgen de la Carrodilla, ya que en su misión pastoral tiene un total de veinte comunidades, aparte de la sede central de la Parroquia.
¿Qué historia nos cuenta sobre la construcción de la capilla?
La arquitectura colonial argentina se puede agrupar en zonas, siguiendo las rutas utilizadas por los conquistadores en su conquista: la mayor riqueza se encuentra en el norte y centro de la Argentina. En el caso de San Juan –como ocurre en toda la región de Cuyo–, fue fundada por corrientes que venían de Chile y su riqueza edilicia tuvo algunos ejemplos como la antigua Catedral de San Juan y la Basílica de Santo Domingo, que lamentablemente fueron destruidas y demolidas por el gran terremoto del año 1944. La ciudad con su imagen sencilla, de casas y edificios coloniales, también sufrió los efectos de este sismo, y desapareció casi por completo.
Y respecto del patrimonio bajo su responsabilidad… ¿qué memoria se teje?
Esta historia cuenta de que el 24 de marzo de 1912 doña Nicolasa Díaz de Quiroga, vecina del lugar, se dirige a monseñor Marcos Zapata, vicario capitular de la diócesis de Cuyo con sede vacante, a fin de pedir permiso –con recomendación del cura vicario Juan Calabrese de la parroquia Nuestra Señora de los Desamparados, en la cabecera del Departamento– para levantar un oratorio público y celebrar en él los oficios divinos. Finalmente, el 10 de septiembre de 1912 el oratorio es bendecido e inaugurado por el padre Calabrese.
¿Cómo se fue conformando la construcción y el estilo de la capilla?
Con anterioridad al sismo, en 1940 se inició la construcción del segundo templo dedicado a San Nicolás de Tolentino, dado que el primer Oratorio construido por Doña Nicolasa, resultaba demasiado chico para las actividades que allí se realizaban: gran cantidad de fieles concurrían, especialmente para sus fiestas patronales. Surge así una construcción sencilla, reposada, sin exuberancia ornamental, bien rústica, cuyo estilo no podemos precisar, si no lo hacemos entendiendo el alma de épocas pasadas y del sabor de la tierra en que surgió. En estas formas y construcciones es visible el esfuerzo hecho por el obrero improvisado bajo la dirección técnica o estética de un maestro o técnico. También influye en su ejecución la falta de materiales adecuados y la carencia de elementos de trabajo. En este espacio de fe, los muros son lisos, de adobe hechos con tierra del lugar, de cuarenta y cinco centímetros de espesor; de rugoso enlucido, encalados, con pocas molduras, sólo presentes en su frente. Entre paños de muro de 3,50 m., siete paños, alternan pórticos de hormigón armado, con la estructura conocida en la época, que cubren una luz de aproximadamente 9 metros. El techo es de dos aguas, para fácil escurrimiento de las aguas de lluvia y muestra los elementos constructivos: estructura de tirantes de pinotea y rollizos de álamo, con cerramiento de cañas y cubierta de barro originalmente. Su piso de piedra fue posteriormente cubierto con pisos calcáreos, contando con un desnivel entre la nave y el presbiterio, separados estos por un comulgatorio a ambos costados, tal como era usual en ese tiempo. Este comulgatorio resalta delante del altar con pequeñas columnas y cubiertas de mármol travertino, primeramente, a la veta y, posteriormente, reemplazado por placas de travertino al agua.
¿Qué diferencia en la construcción tiene la fachada?
El frente ofrece algunos elementos destacados ya que –a diferencia del resto– están construidos con ladrillo común. En cuanto al campanario, de estilo colonial, está ubicado en la línea de fachada, con aberturas a los cuatro vientos terminadas en arco y un techo de tejas rematado con una cruz de hierro. Observamos un pequeño frontis cuyas molduras siguen la cubierta a dos aguas y la puerta principal se abre en dos hojas con ambas terminadas en arco, con molduras y pilastras, que brindan forma al soporte de un ventanal central circular, el rosetón de vidrios de colores formando una cruz. Todo este conjunto de frente comprende en su altura, un entrepiso destinado originalmente al coro, al que se accede por la misma escalera que va al campanario.
El cálculo de los pórticos de hormigón, debido a la baja capacidad portante del terreno, fue realizado por el ingeniero Fabriziano Palmero, profesional del lugar que también hizo la propuesta de diseño del frente, todo ello inspeccionado y aprobado por personal de Obras Públicas, y la construcción fue supervisada por el señor Ernesto Basla.
¿En qué espacios de la Capilla, siente el placer de reconocer la historia que nos cuenta?
Son dos los lugares donde particularmente me siento a gusto: cerca de las ventanas y mirando el altar mayor: son ventanas que muestran la belleza de la Sierra del Villicum, pintado por la naturaleza. En el espacio interno, me encanta mirar la Reliquia del santo –procedente de Italia–, que está en un relicario incrustado en una placa de mármol, y mirando siempre al altar en cuyo Sagrario está presente el Santísimo Sacramento.
¿Qué valor de fe y esperanza le dan los fieles que ingresan a la capilla?
En la calle San Nicolás hay alrededor de unas treinta casas y en los últimos tiempos se han dedicado terrenos para viviendas de fin de semana. Por lo que los habitantes de la comunidad son relativamente pocos –no llegan 150– y muchos de ellos son descendientes de antiguas familias que le dan un valor espiritual, de devoción y fe, por el recuerdo de épocas pasadas y de la historia de la Capilla.
Pero la devoción a este Santo, al que se le atribuye ser un gran intercesor, es grande en los alrededores, en otros lugares de la provincia, donde muchos de los pobladores emigraron buscando otras oportunidades diferentes a las actividades rurales. También vienen devotos de otras provincias y turistas a conocer esta Capilla de tan especial valor patrimonial.
¿Qué recuerdos tiene de sus padres?
Mi padre, Iván Jurković, croata, llegó a la Argentina procedente del ex Reino de Serbia, Croacia y Eslovenia, luego Reino de Yugoslavia para trabajar en la construcción del Hotel de La Laja, conocido por sus aguas termales y en las cercanías de las canteras de travertinos. Es en Albardón, donde nació mi madre Rosa Tita Rodríguez, donde se conocen y se enamoran para, posteriormente, unirse en matrimonio.
Mi madre era una mujer de profunda fe que supo transmitirme los valores religiosos, ya que su abuela era nuestra mencionada Nicolasa Díaz de Quiroga.
Para unos el destino, para otros el camino que nos tiene reservado nuestro buen Dios, fui volviendo a estos lugares que soñó mi bisabuela. En un inicio fue para ayudar en el mantenimiento del legado de nuestros antepasados y así se fueron dando distintos servicios que me permitieron trabajar en esta Capilla de un santo tan querido, que es parte de la devoción de mi familia.
Considero que, en la vida de las personas, las raíces son muy importantes, porque hacen a lo que somos; vale la pena saber de dónde venimos. Nosotros, en nuestra pequeña familia, mi madre, mi hermana y yo, tuvimos la gracia de poder unirnos a la raíz de ese país lejano al que mi padre no pudo volver.
Patricia Ortiz
Corrección: Ricardo de Titto
Crédito fotográfico: Ana Yurkovich
A propósito, estamos al tanto de las sanaciones, curaciones y mejoramiento de innumerables enfermos de todo tipo, que, sin dejar sus medicinas, se han recuperado, con sorpresa de los profesionales de la salud, desde, que comenzaron a participar diariamente de la recepción de la eucaristía , al entrar en contacto con el cuerpo y sangre de Jesucristo, que es el gran sanador de nuestras enfermedades, síquicas, morales y físicas.
/ Rogamos, para tener presente, y pedir la intercesión, de san Nicolás de Tolentino( 1245-1305+, canonizado en 1446) de la orden de los agustinos, quien, encontrándose, padeciendo una larga enfermedad, se le apareció la Virgen María , instruyéndolo, que pidiera un trozo de pan, lo mojara en agua bendecida y exorcizada y se lo comiera, prometiéndole que se curaría, de allí que el luego, comenzó a bendecir trozos de pan( al igual que un sacramental) y a distribuirlos, entre los enfermos, práctica que produjo grandes sanaciones.( si bien lo insustituible es recibir la «eucaristía» , diariamente , durante la misa, que es el propio cuerpo de Cristo, oculto en la fracción del pan y del vino)
/ Oramos a fin de recordar, que en conmemoración de tales milagros, el Santuario del Santo, en Tolentino, Italia, conserva una distribución mundial de los» Panes de San Nicolás» que son bendecidos y continúan concediendo numerosas gracias, favores y bendiciones.
/ Impetramos, para no olvidar, que san Nicolás de Tolentino, es considerado el protector de las Almas del Purgatorio, y también se le considera intercesor por la justicia, la maternidad , la infancia y la salud a quien en una oportunidad un gran número de Almas del Purgatorio le suplicaron que ofreciera oraciones, ayunos y misas por ellas y desde entonces, celebró innumerables eucaristías por las mismas.
Todo lo que pidan en la oración con fe, lo alcanzarán.
Mt. 21,22
Gracias, Favores y Bendiciones a QUIENES ORARÁN POR LAS SIGUIENTES INTENCIONES Y COLABORARÁN EN HACERLAS CIRCULAR PARA QUE MAS SE BENEFICIEN ( por los tiempos, q nos aguardan…
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NUESTRA SEÑORA DE LAS AMÉRICAS
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