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El santuario de Covadonga, un paraíso ubicado en Cangas de Onís, en Asturias

El santuario de Covadonga o la Santa Cueva de Covadonga es un santuario católico ubicado en las estribaciones del Monte Auseva, en la zona oriental de Asturias, que da nombre a la parroquia de Covadonga, en el concejo de Cangas de Onís, Principado de Asturias, cueva a la que se accede a través de una gruta o subiendo ciento tres escalones que parten desde la zona del estanque inferior.

El santuario de Covadonga o la Santa Cueva de Covadonga es un santuario católico ubicado en las estribaciones del Monte Auseva, en la zona oriental de Asturias, que da nombre a la parroquia de Covadonga, en el concejo de Cangas de Onís, Principado de Asturias, cueva a la que se accede a través de una gruta o subiendo ciento tres escalones que parten desde la zona del estanque inferior. El ambiente natural se eleva en un estrecho valle rodeado de imponentes y coloridas montañas. Por otra parte, su altura permite acceder a una hermosa vista panorámica.

 Para referirnos al origen y desarrollo del culto nos remontaremos al tiempo en el cual el cristianismo penetró en Asturias. Los primeros testimonios parecen ser las lápidas de Dovidena, del niño Norenus y de la joven Mangentia en los lugares próximos a Covadonga, de Coraín y Soto de Cangas. Por otra parte, se habla también de los soldados cristianos en la romana Legio IV Macedónica. Lo cierto es que en el siglo VIII, ya estaba arraigado en la región.

Es interesante, por lo tanto, informarse sobre su toponimia. El significado de “Covadonga”, procede de “Cova de onnica” y significa la fuente de la cueva. El sufijo onnika deriva del céltico onna, que significa “río”, y conforma en la zona numerosos topónimos como Isongo “fuente del Is”, Triongo “tres fuentes” y Candongo, “fuente blanca”.

El santuario de Covadonga, un paraíso ubicado en Cangas de Onís, en Asturias

En la Crónica de Alfonso III –que fue rey de Asturias desde 866 hasta poco antes de su defunción, en 910–, la primera “versión” es la Crónica rotense, así llamada por haberse hallado en la Catedral de San Vicente de Roda de Isábena las palabras coba domínica, que en la Baja Edad Media evolucionó hasta el nombre actual de Covadonga pasando por los estadios intermedios de covadómnicacovadónnica y covadónega.

De esta manera, la historia y las crónicas determinan que el altar de Nuestra Señora en la Santa Cueva, durante la batalla de Covadonga, que tuvo lugar en el año 718 o en el 722 en el paraje homónimo próximo a Cangas de Onís y que enfrentó a los astures, que poblaban las zonas montañosas de Asturias, y las tropas de al-Andalus, que fueron derrotadas. En consecuencia, la tradición afirma que no fue Pelayo quien insertó el culto, sino que se encomendó a la imagen que, en ese lugar, era venerada y lucía tallada en el arte elemental o traída de Monsacro, atribuyéndose al rey Alfonso I –llamado “el Católico”, que fue rey de Asturias entre los años 739 y 757– el primer culto organizado de la Santa Cueva que en la actualidad tiene un lugar adecuado para que los cultos sean observados desde el escenario inferior y brinden el espacio ideal a los fieles que llegan a la Santa Cueva.

El sobrio altar, construido en piedra lleva un antipendio de bronce que representa, de una forma idealizada, la batalla de Covadonga. La imagen de la Virgen, de aire románico, y en su parte inferior se observa la gigante figura de Pelayo. En este espacio tan acogedor una leyenda anuncia en castellano, anuncia: “Levántate, Señor, y ayuda a tu causa”.

Patricia Ortiz 
Corrección: Ricardo de Titto  

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