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Arcolaio, una empresa familiar que continúa la tradición textil en la ciudad de Teramo, en el Abruzo italiano

Para conocer cómo se producen preciosos tejidos hechos a mano, originales y exclusivos cuyas tramas, colores y diseños parecen ser extraídos de la misma naturaleza para un público exigente en la sede de la ciudad de Téramo, Caminos Culturales –Camino Italia– llegó a Arcolaio, la empresa fundada en 1958 por Francesco Perticara.

Olga, Mariana y Mariachiara Perticara, son las guardianas de un patrimonio intangible que, a través de sus manos y creatividad, se renueva.

Teramo es una provincia de la región de los Abruzos, cuya capital es la ciudad homónima, una encantadora urbe ubicada al este de Roma en el centro de Italia, que ofrece, además de maravillosos recorridos pintados en colores de la naturaleza que hipnotiza la mirada y cautivan el espíritu, un impresionante patrimonio arquitectónico, artístico y cultural. El centro histórico es un tesoro que se descubre caminando por sus calles empedradas que nos transportan a tiempos pasados: la Piazza dei Martiri della Libertà es un lugar de encuentro rodeada de impresionantes edificios renacentistas y medievales. La imponente Basilica Cattedrale di Santa Maria Assunta, con su imponente fachada y hermosos frescos en su interior, es una visita obligada. Por otra parte, el Anfiteatro Romano, que data del siglo I d.C. es un testimonio impresionante de la antigua Roma.

A este escenario único, la vida de sus habitantes –a través de su labor diaria–, deja en la ciudad, una profunda huella de la cultura del trabajo y de las tradiciones que ponen de manifiesto la esencia de un pueblo que mantiene y cultiva su memoria en honor de sus antepasados, como un poderoso lazo de unión con la historia de la comunidad.

Arcolaio, una empresa familiar que continúa la tradición textil en la ciudad de Teramo, en el Abruzo italiano

De este modo, y para conocer cómo se producen preciosos tejidos hechos a mano, originales y exclusivos cuyas tramas, colores y diseños parecen ser extraídos de la misma naturaleza para un público exigente en la sede de la ciudad, Caminos Culturales –Camino Italia– llegó a Arcolaio, la empresa fundada en 1958 por Francesco Perticara.

Junto a Pier Paolo Coccina y a su esposa, Anna Santavenere, llegamos a la planta Arcolaio y fuimos recibidos gentilmente por Ángela, quien fue esposa del señor Antonio Perticara hasta su fallecimiento. De esta unión habían nacido cinco hijos, de los cuales, en la actualidad, son tres mujeres quienes continúan la labor iniciada por el nonno Francesco y heredada por Antonio.

“Este es un taller familiar de tercera generación, especializado en diversas colecciones que se diferencian por sus diseños y se identifican por los acabados y detalles meticulosos que tienen sus raíces en la tradición del tejido de los Abruzos”, afirmó Olga Perticara –hermana de Chiara y Mariana– y quien lidera, con pasión y empeño, el equipo que tiene como horizonte, la belleza y la calidad de la marca cuyas fibras naturales alternan con las confecciones Jacquard –continuando la tradición de un telar mecánico originado a principios de 1800– y la manufacturación de singulares tejidos que se logran por una muy particular intersección de los hilos para producir la tela.

Arcolaio, una empresa familiar que continúa la tradición textil en la ciudad de Teramo, en el Abruzo italiano

En el inmenso taller cada espacio indica una tarea diferente. En el salón principal dos máquinas modernas y computarizadas producen nobles telas: son telares que reemplazaron a los antiguos sin perder ninguno de sus atributos clásicos.

“El antiguo telar de madera, situado a la entrada de las oficinas, data de finales del siglo XIX. Hasta principios del siglo XX, en los pequeños pueblos de Abruzo había varias trabajadoras que tejían sábanas o mantas con telares similares. En las calles internas era fácil escuchar el ruido que hacían estos telares mientras las mujeres se concentraban en su trabajo como tejedoras”, expresó Coccina quien nació en la ciudad de Teramo y es amigo de la familia Perticara junto a Anna.

Es muy interesante ver fotos de tiempos pasados en blanco y negro. La historia guarda en sus almanaques, el antes y el después del transcurrir de Arcolaio, un modelo de trabajo y deseos de superación que fueron las fortalezas de tantos inmigrantes que se trasladaron a la Argentina y llegaron a habitarla, luego de las dos guerras para construir sus sueños.

Arcolaio, una empresa familiar que continúa la tradición textil en la ciudad de Teramo, en el Abruzo italiano

“Estamos en constante renovación ya que recorrer los pasos de nuestra historia nos impulsa a comprender el modo en que cada generación ha aportado lo suyo: nos hace pensar en un río que fluye a nuestro lado y que seguirá su camino después de nosotras”, continuó Olga.

Durante la visita, largas mesas con rollos de telas y carreteles de hilos de varios colores esperan para ser combinadas: es como recorrer un laboratorio donde se alquimizan –con algo de magia, por cierto– las formas, los estilos y los diseños.

“Estamos en la parte donde el telar moderno trabaja sin detenerse. En sus inicios se usaba una cantidad de hilos y hoy ha cambiado, aunque el amor por diseñar formas, colores y estructuras permanece intacto; además jugamos con tejidos más mórbidos o ligeros, cálidos o frescos. El estilo abruzzese es conocido por su geometría, una figura estética que exploramos y que es original en Arcolaio”, continuó Olga, quien luego de mostrar las texturas de algodón (que absorbe mucha agua) o el lino, más leñoso, contó que tienen una estructura y un mercado muy blindado, con alto nivel de fidelidad.

Arcolaio, una empresa familiar que continúa la tradición textil en la ciudad de Teramo, en el Abruzo italiano

Observando las telas, resulta muy difícil elegir una sola textura: todas transmiten diversas emociones que, seguramente, han tenido o tienen una historia cuyas motivaciones inspiraron a sus nonnos: Lucía y Antonio, sus creadores, a abrazar el telar como una manera de tejer un futuro.

El recuerdo de Paolo Coccina nos lleva a saber que, al día de hoy, el mercado textil ha cambiado mucho porque los matrimonios jóvenes ya no suelen confeccionar ajuar como antes: ¡Pero en Abruzo, la tradición del ajuar nupcial es muy rica y fascinante! En efecto, históricamente, el ajuar era una parte esencial del proceso matrimonial, representando la dote que la familia de la novia proporcionaba al novio. Esta dote normalmente incluía una variedad de artículos para el hogar como sábanas, mantas, manteles, y otros elementos domésticos y de uso cotidiano”

”Arcolaio utiliza ferias, redes sociales y su propio sitio web. Las colecciones se presentan dos veces al año (en otoño para primavera/verano y en primavera para otoño/invierno) y junto con estos lanzamientos participamos en ferias y promocionamos las nuevas colecciones a través de nuestros diversos canales”, destacó Olga.

Arcolaio, una empresa familiar que continúa la tradición textil en la ciudad de Teramo, en el Abruzo italiano

Esta entrevista fue adquiriendo diversos matices de disfrute: fue mucho más que hacer preguntas, fue compartir un espacio cuya valiosa historia pasada se funde en el recuerdo para luego transmutarse. Fue un encuentro donde se visualiza el futuro que se construye en un presente en el que están Olga, Mariachiara y Mariana, fieles custodias de un legado que se acrecienta en el sentimiento y en el valor que cada una posee, bajo la tierna mirada de una madre como Ángela quien mencionó la palabra “unión” para significar la labor diaria de sus hijas.

“Estuvimos muy felices de compartir esta experiencia con un medio argentino como Caminos Culturales. Creemos que dar espacio a nuevos encuentros es uno de los secretos del crecimiento personal y también corporativo. Muchos momentos de ‘punto de inflexión’ en nuestro trabajo fueron provocados por conversaciones con personas o realidades alejadas de nuestra vida cotidiana” –comenta, mientras muestra, por ejemplo, la trama de un cobertor de la nueva colección–, gracias al encuentro con artistas de otros sectores, por lo que creemos que incluso este nuevo encuentro traerá consigo una ola de renovación para nosotros y para nuestro trabajo”.

Arcolaio, una empresa familiar que continúa la tradición textil en la ciudad de Teramo, en el Abruzo italiano

Consultada sobre el interés en desembarcar los productos de calidad en la Argentina, respondió: “Si bien, por el momento no tenemos contactos comerciales, esperamos poder interceptarlos pronto. ¡Creemos que en un país de raíces latinas y con una colectividad italiana o de descendientes de peninsulares tan amplia, se pueden apreciar nuestros productos artesanales y originales!”.

Arcolaio está ubicada en una tierra donde el Gran Sasso, se observa cambiando sus colores; los verdes de sus campiñas saludan a quien pasea a su vera; los jardines exponen la belleza de sus flores y los mágicos atardeceres ocultan al sol que se duerme en sus increíbles playas solo para tomar fuerzas e iluminarlas al día siguiente.

“Es una fuente de inspiración constante. Nuestra vocación busca continuamente plasmar en el tejido la belleza que nos rodea”, concluyó la joven empresaria.

Patricia Ortiz
Producción: Pier Paolo Coccina
Crédito fotográfico: Caminos Culturales y Pier Paolo Coccina
Corrección: Ricardo de Titto 

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