Los primeros 50 años de la Casa de Santa Cruz en Buenos Aires, se celebraron el viernes 7 de noviembre de 2008. Fue un acontecimiento donde música, palabras emocionadas y obsequios dejaron un recuerdo imborrable.
La Casa de Santa Cruz tiene un salón de exposición: allí mediante una muestra fotográfica de la artista Marta Fernández, las autoridades comunicaron el valor del patrimonio santacruceño. En el lugar, las paredes blancas sostuvieron fotos de nuestro sur que no parecía tan lejano-
La arquitecta Silvia Mirenman se refirió a la obra de Fernández: «¿Cómo lograr que nuestra gente se reconozca en esta muestra, como captar ese aire con viento, la polvareda, la inmensidad, los paisajes, el cielo, las tradiciones y los personajes?» ¡La fotógrafa lo hace con una cámara! «Para nosotros, para quienes nos visitan, y para el mundo son de un gran valor. Revalorizar lo propio es nuestra tarea; destaca el patrimonio y nuestra cultura; ella le devuelve materialidad a lo intangible; es una tarea que queremos agradecerle» concluyó Mirenman.
La Obra:
El trabajo es un proyecto institucional de la Casa de Santa Cruz. Que comenzó en el año 2007 y se dividió en etapas. «Lo hicimos tres viajes muy cortos. La Comarca Austral, nos llevó 11 días y recorrimos 3300 km. La segunda etapa fue de 13 días Fue interesante trabajar en lugares como el Lago Petrificado, el Lago Posadas, Los Antiguos, Pico Truncado con toda la obra pública» aclaró Marta Fernández.
Las imágenes demuestran que no es un trabajo que apunta solamente a lo turístico, ni tampoco a lo productivo. La artista prefirió la difícil tarea de «movilizar el ser» y destacó a las personas que viven en el lugar, descubrió las costumbres. Fue más allá de los hermosos paisajes de la Patagonia. La muestra tiene la vida interior de su gente captada por el flash de su mirada.
Cuando recorremos la muestra, avanzamos un poco más en el conocimiento de la Comarca Austral, diferente a la Comarca del Noroeste. Hace un tiempo todo pasaba por Rio Gallegos; el Norte es muy diferente.
Fernández aprecia definir colores y contrastes que se pueden obtener de la diversidad del paisaje. «Durante año hice fotografía en blanco y negro y siempre pensé que en esta etapa de mi profesión, haría color; este es el momento de mayor afianzamiento artístico en el que quiero dejar testimonio de mi creatividad»
El silencio de una tarde, o la puesta del sol, el color rojo flotando en el aire que no satura, sino que incentiva suavemente. Y llega el atardecer de un otoño nostálgico que espera despertar a su hermana primavera en un jardín florido.
«Contrastes de la Comarca del Noroeste, representa el amor que siento por mi tarea, y en esta ocasión es manifestar la esencia de una región de mi país. Me siento parte de ella porque un artista siempre desea ser valorado y reconocido por sus semejantes» afirmó Fernández.
La casa del cielo, la carneada, el paisano con una oveja guacha, un perico, pingüinos que no tienen piel tienen piel; tienen pelos; ¡eso es naturaleza y vida!.
La muestra ofreció reconocerse en la identidad. Cada una de las fotografías creó un espacio de intimidad; una conversación secreta en la que Marta Fernández trabajó para producir un gran impacto en los sentimientos.