Una de las jornadas más emotivas vividas en Italia fue la ceremonia realizada en la ciudad de Teramo –en el Monumento a los Caídos de las Dos Guerras–, en la región de los Abruzos. Emotividad, honor y orgullo fueron los sentimientos que embargaron a los presentes en la Jornada de la Unidad Nacional que conmemora el fin de la Primera Guerra Mundial que, con el posterior tratado de San Germán en Laye en 1919, permitió a Italia completar su actual integridad territorial y nacional con la anexión de Trento y Trieste.
El hecho histórico que se recuerda cada 4 de noviembre –como se hace en todas las ciudades y pueblos italianos– convocó a diversas autoridades, tales como el alcalde Gianguido D’Alberto, el Prefecto de la Provincia de Teramo, Fabrizio Stelo, el presidente de la Provincia de Teramo, Camillo D’Angelo y representantes de algunos otros municipios de la Provincia de Teramo, con sus respectivos confaloni o estandartes.
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Los diversos grupos se fueron ubicando en espera del inicio de la celebración que tuvo al Himno italiano como símbolo de la fuerza de la unidad del pueblo italiano que recordó a quienes dieron la vida por su patria.
“Es una gran emoción vivir una ceremonia institucional en este lugar y en este espacio, donde la comunidad de Teramo rinde homenaje a sus valientes defensores, alrededor del Monumento a los Caídos. Es una fiesta de unidad de nuestra nación y así la transmitimos con el deseo de valorar la construcción de una democracia republicana de fuertes principios que repudian la guerra. Esta es la demostración de un mensaje contundente que transmite valores de unión y respeto”, expresó a Caminos Culturales, el alcalde Gianguido D’Alberto quien, además, y frente al Monumento a los Caídos, reflexionó sobra la frase que destacó como la más motivadora en la carta enviada por el Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella quien enfatizó su agradecimiento a las Fuerzas Armadas y a su historia, la cual evoca batallas y guerras sangrientas que causaron desolación, muerte y heridos.
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“El Monumento a los Caídos de Todas las Guerras, situado en Teramo y que cierra con su grandeza el Viale dei Tigli (Avenida de los Tilos), es un conjunto escultórico creado por el artista Venanzo Crocetti entre 1959 y 1969. La obra incluye tres grandes figuras de más de cuatro metros de altura que representan los caídos del cielo, el mar y la tierra, dispuestas alrededor de la estatua central del Joven Caballero de la Paz, que se alza sobre un cuerpo de agua y es símbolo de esperanza y renacimiento y es la estatua más significativa porque contiene la esperanza de un mundo sin guerras, que hoy la necesitamos mucho”, afirmó Piero Paolo Coccina quien junto a su esposa Anna Santavenere, compartieron con Caminos Culturales la cálida jornada de recuerdo.
Teramo desarrolló la importante ceremonia con la actuación de un piquete armado que representaba a los distintos cuerpos del ejército, los carabineros y la policía; una numerosa representación de las asociaciones de militares de permiso y un numeroso público de teramani.
“Esta conmemoración es muy sentida y participativa: el momento más significativo coincide con el izamiento de la bandera en memoria de los caídos en todas las guerras”, continuó Coccina, quien subrayó la importancia de la visita de Caminos Culturales a la ciudad de paisajes de encanto en sus alrededores, como las ciudades de Campli y Civitella del Tronto, así como el recorrido en una empresa productora del sector textil, ya que se da a conocer el trabajo de pequeñas pero importantes empresas italianas que difícilmente podrían ser conocidas de otro modo por el público en general.
La historia que ya fue escrita abre paso a la emoción del presente que vive en los corazones del pueblo teramano. Precisamente fue la guerra la que produjo la emigración de tantos hermanos italianos a la Argentina que llegaron al puerto de Buenos Aires a construir una vida de producción y trabajo, de amor y de familia; ambos países mantienen fuertes lazos culturales y de amistad que D’Alberto mencionó a través de un cálido mensaje a nuestro país: “Tenemos un pueblo muy unido que ha crecido a lo largo de tantos años: que nuestros jóvenes puedan contar la historia y transmitir nuestra idea de paz a través de la comunidad a la que pertenecen a través del comportamiento cotidiano, es muy interesante. Desde nuestro pensamiento y acción, escribimos un capítulo de paz, ya que los pueblos desean vivir en un estado de tranquilidad y nunca han querido ni quieren la guerra” concluyó el alcalde D’Alberto.
Patricia Ortiz
Corrección: Ricardo de Titto
Crédito fotográfico: Caminos Culturales y Pietro Paolo Coccina
Producción: Pier Paolo Coccina