Madrid guarda en el corazón de su ciudad, el Palacio Real; el más grande de Europa Occidental. Visitar este magnífico patrimonio; adentrarse en sus cocinas históricas; respirar aire puro en sus parques -que fueron creados para recreo de distintos monarcas- y que hoy son auténticos pulmones verdes para disfrute de madrileños y visitantes; contemplar cómo se elaboraban los tapices de la Corona es descubrir a la gran ciudad vinculada al legado de la realeza española que durante siglos la ha habitado, y, de este modo, la convierte en un destino único y exclusivo que el turista no puede perderse.
Bienvenidos al Palacio Real: el más grande de Europa Occidental
¿Te gustaría descubrir los rincones, obras de arte y los tesoros únicos que alberga el Palacio Real de Madrid?
Casi dos millones de personas visitan cada año este emblemático lugar, atraídos por su historia, arquitectura y espectaculares dimensiones que le convierten, con sus más de 135.000 metros cuadrados y 4.418 habitaciones, en el más grande de Europa Occidental y uno de los mayores del mundo. En él vivieron desde Carlos III hasta Alfonso XIII y su visita es un auténtico viaje por la historia de España. Aunque hoy en día no está habitado por los actuales monarcas, está gestionado por Patrimonio Nacional y es la residencia oficial de los reyes.
Para completar la experiencia, el turista puede recorrer su fantástica Real Cocina, el ejemplo más destacado, conservado hasta nuestros días, de cocinas históricas de las residencias reales europeas. Este espacio ocupa todo un lado del primer sótano y conserva sus instalaciones históricas, renovadas en gran parte entre 1861 y 1880 por voluntad de Isabel II y de Alfonso XII.
Espectacular es también el cambio de guardia de la Guardia Real, que se celebra todos los miércoles y sábados en la denominada Puerta del Príncipe. Además, el primer miércoles de cada mes tiene lugar el, aún más espectacular, Relevo solemne.
Los centinelas de palacio, vestidos con uniformes de gala similares a los que el ejército español utilizaba en tiempos de Alfonso XIII, realizan un relevo cada 30 minutos, acompañados por un flautín y un tambor que interpretan marchas militares.
Fuente: Oficina Española de Turismo
Crédito fotográfico: Caminos Culturales