Entrevista a José González Costa, presidente del Centro Lalín, Agolada y Silleda de Galicia en Buenos Aires, quien le cuenta a Caminos Culturales, cómo construyó su historia, y el modo en que se fue consolidando junto a su familia y amigos en Villa Bosch. Este hombre nacido en Lalín, un municipio ubicado en la provincia gallega de Pontevedra, en España, muestra en cada palabra el amor y la pasión que le dedica a la labor que sostiene las raíces de su pueblo, que se abrieron a un país que lo recibió y lo vio crecer y prosperar. Hoy, desde el Centro Lalín, una institución que, desde su fundación el 25 de julio de 1982, transforma, junto a la comisión directiva, el rico historial, origen e identidad gallegas, además de desarrollar actividades de divulgación de la idiosincrasia, cultura y costumbres gallegas entre los socios, descendientes y público en general.
¿Por qué debieron dejar el pueblo gallego de Lalín?
Por la situación de posguerra que se vivía en España. Llegué al puerto de Buenos Aires junto a mis padres Juan Luis González y María Purificación Costa y a mi hermana mayor María del Carmen González Costa, cuando apenas tenía un año y medio de edad. En ese tiempo llegaban los barcos cargados de gente que venía a hacer la América; cada uno traía sus sueños.
¿Cuáles fueron los suyos?
Soñaba con fundar una familia que logré en tierra argentina junto a Graciela Liliana Castro, esposa, amiga y madre de nuestros hijos: Adrián Gustavo, Lorena Andrea y Eliana Elizabeth. Tengo una empresa de muebles fruto de una tarea constante y firme. Trabajo desde los diez años siguiendo siempre el ejemplo que me dieron mis padres. A esa edad yo repartía pan manejando un carro en Villa Bosch donde siempre viví. Ganaba diez pesos por semana y le daba 9.20 a mi mamá.
Estamos compartiendo un almuerzo en el Centro Lalín, recién restaurado…
Así es. Desde el inicio de mi gestión, ocurrida en noviembre de 2023, hubo asambleas en las que se resolvieron muchos temas, tales como restaurar la casa, reparar filtraciones o pintar… Si bien es un edificio que está en buenas condiciones, siempre hay detalles que mejorar.
¿Qué representa el centro que preside para el colectivo de Lalín?
Frecuento este espacio desde 1982. En 2006 y 2007 formé parte del directorio y luego fui tesorero durante ocho años; cuatro como vicepresidente y tuve diversas participaciones en comisiones directivas. Tengo una larga historia de pertenencia y de cariño por todo lo que representa el Centro Lalín: es una huella que pretendo dejar en mis hijos y nietos. Me gustaría que en el futuro valoren que trabajé en pos de generar y producir para nuestra colectividad, tanto como lo han hecho José Luis López Garra, Benito Blanco o José Luis Seoane, presidentes que me antecedieron.
¿Cómo organiza la labor en el Centro Lalín?
Es un honor tener a Manuel Montero Taboada en la vicepresidencia del centro en el que realizamos una reunión dos veces por mes y el joven abogado y tesorero Julián Seoane. Por otra parte, existe una comisión de cultura, a cargo de la prestigiosa escritora Celia Otero; en comunicación se destacan Mirtha Lagama y Celia Luaces, mientras que Gladys Rague realiza una gran tarea en la subcomisión de fiestas. Son personas muy dedicadas a la institución. Todos los proyectos se debaten para luego ser votados por mayoría por la Comisión Directiva. En total somos veinte miembros.
¿Cuál es el proyecto líder que usted quisiera destacar en su gestión?
Siempre me interesó el debate, el consenso y el trabajo en equipo. Este, el Proyecto Chascomús, comenzó a tomar fuerza luego de hablar con Benito Blanco, Marcial Sánchez y José Luis López Garra para ponerlo en marcha; y que hoy, luego de veinte años de trabajo, lo hemos avanzado notablemente. Fue así como, en esta localidad de la provincia bonaerense, se creó el Paseo Lalín al que le hemos agregado el Camino de Santiago, un circuito muy agradable y significativo. Además, en el marco de este hermanamiento, en la Lalín de Galicia, se descubrió una placa en el llamado Parque Chascomús del expresidente Raúl Alfonsín. En lo personal me conmovió ya que el 19 de marzo de 1988 llegó nuestro primer cruceiro: este 23 de marzo, celebraremos un nuevo año de hermandad entre Lalín (Galicia) y Chascomús.
¿Cómo será la organización de tan importante celebración?
Javier Gastón, intendente de la localidad, el secretario de Cultura, Pablo Nápoles, y Alejandra Bilbao, directora de la Casa de Casco, quien deja la posta a María Graciela, y mucha otra gente que trabaja para celebrar el importante aniversario, nos recibirán, en el marco de un festejo en el que dejaremos una palma en el cruceiro, que contará con la bendición del presbítero Juan Ignacio Liébana y disfrutaremos de la alegría de nuestro grupo de baile de gaiteros que serán presentados por la banda del lugar. Luego del almuerzo y recepción en Casa de Casco, haremos un recorrido por el lugar. En esta fecha tan representativa, quiero destacar a José Crespo, alcalde de Lalín con quien tengo una relación particular, con Manuel Cuiña, alcalde de Silleda cuya esposa Paula Fernández, y quien descubrió el Paseo Lalín en mayo de 2022, ocupará su merecido lugar.
¿Cuál es la historia del Centro Lalín y Raúl Alfonsín?
En tiempos de la dictadura argentina, Alfonsín, junto a un grupo que lo acompañaba, realizaban reuniones clandestinas en nuestro centro, con el riesgo que estos encuentros podrían acarrearles. Cuando asumió la presidencia, prometió visitar Lalín, en Galicia, y fue en 1984 cuando llegó allí para dar un discurso a su pueblo e iniciar, de este modo, una hermandad que hoy sigue más estrecha que nunca. Por esta razón, desde el día 12 de marzo de 2023, su memoria se recuerda en una sala que lleva su nombre y donde contemplamos la instalación de dos placas, una en la que se nomina la sala y otra que reproduce un fragmento fundamental de su discurso.
¿Cuál es el legado más valioso que le dejaron sus padres?
El dar y recibir, teniendo a la apertura de manos, como un modo de abrir el corazón y mostrar amistad y generosidad. Soy muy feliz dando; es un estado de felicidad.
¿Qué etapa de su vida laboral dejó una huella en su carácter?
Cuando a los diez años repartía pan en un carro, aprendí a valorar a la gente y a comprender la necesidad de las familias. Algunas podían comprarlo y otras hacían un gran esfuerzo para darle el alimento a sus hijos. Pero me esperaban… esperaban mi llegada y yo disfrutaba de la alegría que expresaban cuando les entregaba el rico pan crujiente…
¿Cómo es el pueblo de Lalín?
Es una tierra de artistas dedicada a todo aquel que guste del buen arte, el cual se nota en sus calles. Una buena forma de recorrerlo es descubriendo sus esculturas; muchas de ellas se han convertido en símbolos del ayuntamiento. En cuanto a la cultura gastronómica, el plato estrella de la comarca es el cocido, cuya fama es tal que desde 1969 se celebra La Fiesta del Cocido es Fiesta de Interés Turístico Internacional, disfrutada por miles de visitantes ya que está declarada Fiesta de Interés Turístico de Galicia. Lalín no tiene mar, aunque sí posee un verde entorno natural abrazado por su húmedo clima atlántico, que también suaviza las temperaturas de la villa. Quienes llegan a Lalín descubrirán una ciudad que muestra un exquisito contraste entre elementos modernos y tradicionales.
Patricia Ortiz
Crédito fotográfico: Centro Lalín, Agolada y Silleda y Caminos Culturales
Corrección: Ricardo de Titto
excelente nota !