Entrevista a José Luis Álvarez (Josechu), administrador del sitio web de la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago (FEAACS), presidida desde marzo de 2022 por el economista y fotógrafo Jorge Martínez Cava. Desde este espacio, Josechu también colabora activamente con el grupo de cartografía, patrimonio y cultura y fue impulsor y coordinador del Camino Blanco, recorrido realizado por el bicigrino ourensano Alberto Cacharrón en Tierra del Fuego, con el objetivo de unir Argentina y Galicia en un inolvidable año Xacobeo. Desde la cosmopolita ciudad de Madrid —donde reside—, Josechu renueva con afán su compromiso a través de la información que día a día publica en el portal que se ubica entre los más destacados, consultados y enfocados, exclusivamente, en el Camino de Santiago.
¿Cuáles fueron sus inicios en el mundo de las comunicaciones?
Verás, mi primer viaje en el verano de 1993 y en solitario me permitió establecer un tiempo para reflexionar. El primer camino siempre es impactante; en las condiciones de receptividad con que yo acudía supuso, en lo personal, un reciclaje completo de sentimientos y percepciones. El segundo —más lúdico—, se hizo esperar, y esa vez lo hice con tres amigos más: fue un gran despertar de la energía con el que sintonizamos al recorrerlo. Fue un camino duro y repleto de experiencias. Cuando finalizó, busqué el modo de compartir cada vivencia con otras personas: quería dar a conocer qué era realmente el Camino o, mejor dicho, cómo lo interpretaba yo.
Mi profesión de marino militar, sumada a la especialidad en las comunicaciones, me permitió sumergirme en el mundo informático. Era el momento de dedicarme al diseño y desarrollo web: decidí montar una galería de fotos apoyada por una especie de diario que se compartía con los allegados; pero pronto me di cuenta de que, para la mayoría, el Camino era un gran desconocido, por lo que completé los contenidos con planos, descripción de poblaciones y sitios, leyendas, historia…, y como el espacio requerido era mayor, solicité autorización y me permitieron subirlo a otro espacio compartido dentro de un servidor de la Armada con acceso a todos los usuarios del Ministerio de Defensa.
¿Cuál fue el resultado de la propuesta digital?
Fue un éxito total, llegó a muchísima gente, sobre todo de la Armada y Ejército del Aire y del Espacio. Eran los inicios de los portales webs y estos sistemas de difusión empezaban a enganchar. Obviamente, las políticas de seguridad de Defensa no consideraron adecuado albergar este tipo de información, pero ya habían transcurrido casi cuatro años y el trabajo estaba hecho. Estoy convencido de que un notable número de peregrinos militares se iniciaron gracias a esa página.
¿Cómo llegó a plasmar su maestría en la Federación Española de Asociaciones del Camino de Santiago?
Interiormente, sentía que seguía en deuda con el Camino y fue entonces cuando busqué a quién ofrecer los contenidos que había elaborado y, gracias a un amigo, logré contactarme con la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Madrid, localidad donde residía y, allí, me entrevisté con su presidente, José Antonio Ortiz, que valoró el trabajo, pero que veía imposible hacerse eco de este ya que, mayoritariamente, se basaba en una recopilación de guías y documentos cuya autoría había que respetar. Pero donde se cierra una puerta se abre una ventana: me ofreció la posibilidad de iniciar un portal web para la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago (Feaacs) empezando de cero, con total libertad, supervisada por él. Hablamos del 2002, aproximadamente; cogí el guante y me dediqué a ello con afán.
El portal tenía como premisa dos objetivos importantes: el primero, acercar la experiencia del Camino a los futuros peregrinos y, el segundo, informar sobre el propio Camino (inicialmente “el camino francés”) y explicar la función de la Feaacs y de las asociaciones que la componían.
A poco de iniciar la andadura, ya sabíamos que era una apuesta a caballo ganador. Estudié los portales web más conocidos y atractivos del momento, tanto comerciales, institucionales, como de otras asociaciones, ya que necesitaba saber los puntos de mayor incidencia e interés sobre el Camino y el enfoque que se le daba a este y cuál era la figura del peregrino, pero, además, debía buscar en qué y cómo diferenciarnos de ellos, hacernos singulares. Hasta el 2015, su diseño y estructura, sufrió tres modificaciones importantes; se afincó con notoriedad y solvencia y se situó al nivel de los más destacados portales enfocados, exclusivamente, al Camino de Santiago. Tras esa fecha, se preparó el espacio virtual para el siguiente salto.
¿Cómo fue creciendo virtualmente la Federación Española de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago?
En el 2015, tras haber cumplido los 58 años y rebasar los tiempos máximos en mi último empleo como suboficial mayor de la Armada, pasé a situación de reserva y disponía de mucho más tiempo libre, el cual era conveniente invertir. Así se lo hice saber a José Antonio Ortiz, que comenzó a involucrarme en más temas de la Federación, como la revista Peregrino, el Congreso Internacional de Asociaciones Jacobeas y el grupo de cartografía que colaboraba con el Instituto Geográfico Nacional (IGN) y el Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG) en desarrollar los planos que mostrasen las diferentes rutas jacobeas.
El responsable del grupo de cartografía era Jorge Martínez Cava, un apasionado por el Camino, con una actividad frenética, implicándose en el trabajo e involucrando a todo el que se cruzara en su camino.
Jorge me permitió colaborar con él en el diseño de la página de internet para comunicarse y dialogar con otras plataformas, fundamentalmente con la cartografía del IGN/CNIG, donde debían figurar todos los trazados de los Caminos, pero que se podría fortalecer con una carga extra de información sobre albergues y alojamientos, como se venía haciendo, y que en la actualidad se reforzará con el apoyo de las asociaciones jacobeas de todo el mundo. El éxito de este sistema cartográfico de los caminos que discurren por España fue la justificación y excusa para ampliarlo a todo el continente europeo y, posteriormente, a las rutas marítimas, históricas y actuales, trabajo que se acompañó de un meticuloso e interesantísimo estudio que concluyó con el lanzamiento del libro Peregrinaciones por mar a Compostela, elaborado por Juan Caamaño Aramburu.
Este sistema cartográfico es el que se utiliza actualmente en los mapas interactivos de las diferentes etapas del Camino, cuyos contenidos se muestran a través del portal web de la Federación, cargados con importante información que el usuario puede seleccionar a su gusto.
Jorge es incansable y carismático, además de que tiene la virtud de buscar colaboradores en los proyectos que acomete, haciéndolo con alto nivel, proyección de futuro y gran capacidad para comunicar los proyectos entre sí.
¿Qué aportes realiza o realizará la Federación al impulso que le dará Galicia a los itinerarios jacobeos en Latinoamérica?
En primer lugar, la Federación, es una colaboradora incondicional del Xacobeo y, por extensión, de la Xunta de Galicia, en todos los asuntos relacionados con el Camino de Santiago y la peregrinación a Compostela. A su vez, mantiene fluida y estrecha relación con las asociaciones jacobeas de todo el continente americano, tanto del norte como del sur.
Con la puesta en práctica del Camino Blanco, demostró que se puede replicar el fenómeno de la peregrinación jacobea en zonas alejadas, siempre y cuando se mantengan y potencien los valores que la distinguen de otras rutas religiosas, culturales o deportivas, como la acogida, la hospitalidad, la reflexión, el afán de superación, el aprendizaje de la experiencia, el compañerismo, el respeto y la empatía con la naturaleza y la sociedad que nos rodea.
¿Qué importancia tiene, en este año Xacobeo, la llegada del ourensano Alberto Cacharrón a Ushuaia, Argentina?
En este Año Santo, tan importante para Galicia, la intención de la Federación —gracias a la entrega y voluntariedad de Alberto Cacharrón— era la de dar viabilidad a una ruta jacobea que recorriese el litoral atlántico argentino y uruguayo, abriendo la opción a establecer los valores mencionados y, a través de ellos, difundir y experimentar la cultura jacobea.
El desafortunado accidente de Alberto no le permitió culminar el proyecto, aunque recorrió Tierra del Fuego. Alberto sembró con fuerza, gracias a la colaboración de asociaciones jacobeas y medios de difusión, la semilla que está siendo aprovechada para crear pequeños trazados locales que, de igual modo que las cuentas de un rosario, serán unidos en un futuro para conformar nuevas rutas jacobeas que permitan conocer y vivir la experiencia de la peregrinación, al tiempo que estrechen y refuercen los lazos entre España y los países hermanos americanos: en este sentido, pretende implicarse y ser un sujeto activo y principal, más allá de la mera presencia testimonial.
¿Cómo surgió la ruta del Camino Blanco y cuáles serían los caminos alternativos que le permitirán a Alberto Cacharrón retomar la ruta que dejó pendiente?
El Camino Blanco original, el que une la base española antártica Gabriel de Castilla, en isla Decepción, con los restos del apóstol, surgió en 2015, una vez que me uní a tiempo completo al grupo de cartografía de la Feaacs y planteé la posibilidad de disponer de una señal emblemática en el tótem de distancias de esa ubicación. Esta propuesta fue creciendo en valor hasta materializarse en el retorno del Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) Hespérides, en una peregrinación marítima con cada fin de la campaña científica anual, cuyos integrantes han sido bautizados como “pingüirinos”.
Con la experiencia de peregrinación de Alberto Cacharrón, esta organización, pretendía establecer una vía terrestre que invitara a otros a seguir su ejemplo, consolidando una ruta cultural jacobea por tierra, y cuyo ejemplo podría ser replicado en otros lugares. A Alberto le ha quedado la espina clavada y no es persona que disfrute lamiéndose las heridas: ha adquirido un compromiso y tiene intención de cumplirlo. Es cierto que la viabilidad del trazado completo ha presentado claras dudas de que pueda ser realizable, pero la acogida, empatía y deseos que han surgido a su paso son el acicate que le hará regresar de uno u otro modo para continuar el proyecto.
El carácter de Alberto, su conocimiento del tema jacobeo y la ilusión que transmite le convierten en el embajador ideal para ello. Solo deseo que la Federación sea capaz de vislumbrar el potencial que existe tras todo esto y no solo le deje hacer, sino que le conmine a ello porque será beneficioso para todos, pero, sobre todo, para el Camino.
¿Qué mensaje les brinda a nuestros lectores sobre este Año Xacobeo que llega luego de una pandemia de cierres y adioses?
El Camino es, ante todo, una experiencia personal que hay que vivir en toda su plenitud, no es una tarea pendiente ni algo que hay que hacer porque ya lo hayan hecho todos los conocidos.
El Camino siempre estuvo ahí y siempre estará, pero hay que saber en qué consiste. Muchos lo confunden con una prueba, una experiencia de fin de curso, una salida con amigos al final de la cual te dan un certificado de acreditación. Se confunden.
El Camino es una comunión entre el entorno, en su más amplio significado, y el peregrino que lo recorre, y depende de cómo se consiga esa comunicación y cómo fluya la comunicación en ambos sentidos, la experiencia será más o menos positiva.
Patricia Ortiz
Corrección: Beatriz Hernández
Crédito fotográfico: Caminos Culturales