La Catedral de Santiago de Compostela es uno de los grandes monumentos europeos, a nivel artístico y simbólico. Su construcción data del año 1075, y desde su origen románico, evolucionó a través de los más diversos estilos, especialmente el barroco, que alcanzó su culminación en la fachada de O Obradoiro (1738-1750).
Al recorrer sus naves y Museo, resulta posible acceder a un patrimonio tan singular como polifacético en sus contenidos y significados. Durante la visita al conjunto catedralicio, el peregrino se dispone a cumplir con un ritual que culmina con la visita al camarín del altar mayor, para brindar el tradicional “abrazo” a la escultura de origen románico que representa a Santiago. Para finalizar, existe la posibilidad de conocer la cripta en la que se conservan los restos del Apóstol.
Patricia Ortiz
Crédito fotográfico: Caminos Culturales