Una de las actividades más recomendadas a la hora de visitar Euskadi es el senderismo: la diversidad de paisajes y tesoros culturales e históricos ubicados en sus múltiples Parques Naturales hacen de la experiencia de recorrerla a pie una aventura inolvidable. Uno de esos senderos es la Ruta Xacobea: los tramos del Camino de Santiago que pasan por Euskadi atraviesan bosques y montañas, algunas zonas industriales y la costa, donde el peregrino cuenta con la compañía del mar. El Camino Interior y el Camino de la Costa son dos formas distintas de conocer esta tierra y a la gente que vive en ella y que aguarda el paso de los caminantes para ofrecer su hospitalidad y dar a conocer la gastronomía de la región.
El Camino del Interior es una de las vías de comunicación más antiguas del norte. Irun es el punto de partida de un Camino dividido en siete etapas que suman alrededor de 250 kilómetros y que permiten conocer en apenas siete días la diversidad geográfica, social, económica y cultural de la región. Uno de sus tesoros es el Túnel de San Adrián, un pasaje natural que atraviesa la montaña y que señala la salida de Guipúzcoa y la entrada a Álava —allí se encuentra, además, la Ermita de San Adrián—. En la segunda y tercera etapa el peregrino puede elegir entre un tramo de mayor dificultad y vistas panorámicas —ya que atraviesa las montañas— y otro de menor exigencia física con sus propios encantos. Asimismo, la séptima etapa —que parte de La Puebla de Aganzón— le ofrece la posibilidad de enlazar con el Camino Francés al llegar a Briñas y continuar por él hacia Santiago.
El Camino de la Costa también comienza en Irún/Hondarribia y sus 215 kilómetros corresponden al tramo del Camino del Norte que atraviesa Euskadi. Es una de las vías de peregrinación y comunicación más antiguas, utilizada por los reyes europeos de la Edad Media en sus travesías hacia Santiago. La primera etapa finaliza en San Sebastián y atraviesa cordilleras junto al mar cantábrico, senderos sobre el litoral con vistas únicas y pueblos marineros. El camino luego se despide de la costa y se aleja de la civilización para internarse en la Bizkaia rural: bosques —especialmente pinares—, montañas y contacto directo con la naturaleza.
En su regreso a las urbanizaciones, la quinta etapa finaliza en la histórica Gernika. Poco después el caminante llega a Bilbao para conocer el sector más industrial de Bizkaia y luego regresar a la costa, atravesar la región minera y oír, una vez más, el sonido del mar; así transcurre la última etapa, que comienza en Portugalete y finaliza en Kobaron. Para quienes quieran dejar atrás el Camino del Norte y continuar sus pasos por el Camino Francés, existe la posibilidad de hacerlo al salir de Bilbao: hay que dirigirse hacia Balmaseda y seguir hasta Villafranca del Bierzo, el punto de encuentro de ambos.
Ailen Hernández para Caminos Culturales
Crédito fotográfico: Caminos Culturales y Turismo Euskadi