Lima es una ciudad donde convergen los rostros, las culturas, las fiestas y los sabores de todo Perú. Antigua, hospitalaria y con un toque gourmet, fue durante trescientos años la ciudad más rica de América. Dueña de templos e iglesias magníficas, esconde entre sus edificios importantes mansiones construidas para los antiguos nobles, preciadas colecciones de arte y museos que custodian el oro y la plata de la época prehispánica. Es tal su valor que su centro histórico ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El costado moderno de la ciudad se encuentra en Miraflores, ubicado a orillas del Pacífico y de cara al mar, donde se han construido majestuosos edificios vanguardistas y varios centros comerciales. San Isidro, por su parte, es una zona de barrios residenciales y grandes parques arbolados para dar largos paseos y disfrutar luego de una mesa al aire libre en bares y restaurantes que ofrecen deliciosos platos.
Al sur de la ciudad puede visitarse el complejo arqueológico de Pachacamac, un santuario prehispánico al que acudieron durante muchísimo tiempo peregrinos de esa tierra y de toda la región de los Andes para consultar al oráculo sobre su futuro —este era el principal culto de la región—. Hoy en día hay un museo y se realizan recorridos por todo el complejo, de enorme valor histórico y cultural.
Quienes lleguen a Lima tampoco pueden dejar de realizar alguna excursión a las Islas Palomino, donde pueden observarse lobos marinos y distintas aves. A su vez, el encuentro con las ballenas en el zócalo continental es una experiencia inolvidable. Estos paseos salen desde el Callao y son una experiencia diferente que permite descubrir otro costado de la capital peruana, que espera la desescalada para empezar a recibir a los visitantes de la nueva normalidad, ofrecerles su hospitalidad y compartir su cultura y patrimonio.
Patricia Ortiz
Corrección: Ailen Hernández
Crédito fotográfico: www.inkanmilkyway.com
