Inspirado en sus visitas a la Colonia Menonita ubicada en las cercanías de Guatraché, el artista desplegó en más de treinta imágenes la vida de los integrantes de una familia menonita.
La colonia Menonita está alejada de la modernidad. En las fotos que Luis Micou expuso en el salón principal de la Casa de la Pampa, observamos que el tiempo ha quedado detenido en un punto de la historia, en un lugar, en un momento. El tambo, la quesería, la carpintería y la metalúrgica son las actividades que se realizan en la colonia, y sus habitantes viven en el lugar conservando sus tradiciones y costumbres. Las mujeres, con sus largos vestidos oscuros y sus pañuelos blancos; los hombres, con sus jardineros; el rostro de dos niños que no sonríen, pero mantienen su mirada misteriosa y melancólica.
—¿Cuándo comenzó a fotografiar la Colonia Menonita?
—Este trabajo, que presenté en la Casa de la Pampa, nació hace doce años. En ese tiempo trabajaba para la revista Gente y fui a La Pampa a cubrir una nota. Tomé las primeras fotos, que fueron vistas este año por Internet, se interesaron por el trabajo y me invitaron a exponerlas en La Plata. Me sentí en la obligación de volver para “aggiornarla” , y sumé estas a las anteriores para llegar a la muestra final, que interesó a las autoridades de La Casa de la Pampa.
—¿Vio alguna evolución en la Colonia Menonita que vive en Guatraché después de tantos años?
—No vi evolución; es una comunidad muy cerrada. Los menonitas han existido por quinientos años: esta es una familia conservadora que vive sencillamente, sin aprovechar los beneficios de la electricidad o de los automóviles. No hablan mucho y no son muy receptivos con quienes llegan al lugar sin conocerlo.
—¿Qué experiencia le dejó esta segunda visita?
—Fue muy agradable de mi parte visitarlos, recorrer el lugar y ver que todo sigue igual; viven y tienen una cultura ancestral y particular. No ven TV ni escuchan radio con pilas. La única lectura es la Biblia, y tienen una uniformidad en la vestimenta.
—En una fotografía disfrutamos de una foto tomada un día domingo, de gala
—Parecía un día de fiesta: los chicos iban a la iglesia. Ellos tienen una sensibilidad hacia todo lo que viene de afuera, observan cómo vestimos y que nos movemos en forma diferente.
—¿Cómo recibieron la propuesta de tomarles fotos?
—¡Les encantó! Además, vieron las fotos anteriores: esparcimos las imágenes en la mesa del comedor y se abalanzaron sobre el trabajo; tanto, que les regalé una y me conmovió mucho que todo lo externo les interesase.
—¿Cuántos habitantes menonitas hay?
—Serán unos 1000 habitantes: ellos caminan por los caminos de tierra o por calles diferentes, pero no mucho más. Ahora están algo más abiertos, no están tan uniformados. Son rubios de ojos claros y vienen de Alemania o de Holanda.; fue una experiencia valiosa. que deseo repetir.
—¿Hay alguna división en la muestra, por categoría, por tema?
—No. Está todo junto, no las dividí ni las titulé; no quería separarlas temáticamente. Las fotografías se refieren a la familia, a la niñez, al paseo. En una foto mostré a una familia completa: sus padres y sus hijos aparecían y yo tomaba las fotos. ¡Quiero profundizar el tema e ir más lejos en el conocimiento de esta colonia!
—¿Hay algún tema que le interese desarrollar?
—Como fotógrafo, me intereso en todo lo que es imagen, pero desarrollo temas. Hay varios en danza, hacer una muestra cuesta mucho. La mayor dificultad son los costos: hay que copiar, montar, marcar y, también, conseguir el lugar y, fundamentalmente: ¡comprometerse!
Patricia Ortiz