Nuestra Señora de Balvanera, un refugio de culto visitado por miles de feligreses, en la ciudad de Buenos Aires 

Si bien no se puede afirmar que se trata de un sitio turístico, Nuestra Señora de Balvanera es un refugio de culto visitado por miles de feligreses que pertenecen no solo al barrio de la comunidad, sino también a otros que llegan desde las cercanías del lugar e incluso desde provincias tales como Entre Ríos, La Rioja o Misiones, entre otras, y, desde países vecinos como Uruguay o Paraguay. En todos los casos los fieles se sienten atraídos por el imponente edificio cuya construcción fue realizada en varias etapas en las que se superpusieron lenguajes arquitectónicos diversos entre los que predominan las líneas neoclásicas en fachadas y patios.

“Esta iglesia alberga altares realizados con materiales nobles, donde se destaca el mármol de carrara: es un sitio de recogimiento y de fe que hace que la presencia sacramental en el barrio se transforme en un fenómeno de atracción y convocatoria. Su inauguración se remonta a 1833 –época de Juan Manuel de Rosas y de su esposa Encarnación Ezcurra– cuando la gente la llamaba “Nuestra Señora de Balvanera de la Encarnación”.  La historia marca por entonces la vital presencia de las cofradías y las naciones de los esclavos y libertos en el siglo XIX. Luego, en el siglo XX, el barrio se transformó en el macrocentro de la ciudad”, afirmó el Padre Walter Marchetti, sacerdote de la iglesia.

Sin embargo, es recién a partir de 2004 cuando se produce el gran cambio: “Debido al descubrimiento de una estampita de San Expedito detrás de la imagen de la virgen, se construyó un santuario dedicado a la devoción popular al santo: no hay otros en la ciudad porque la Iglesia es reticente a declararlos, pero es consciente de la magnitud de la esperanza y del agradecimiento de los fieles que la visitan”. Por otra parte, el pasado 19 de marzo, se celebró el centenario del Centro Riojano de Buenos Aires del cual Nuestra Señora de Balvanera es la patrona y, además, cada 19 de mes, se recuerda el cumpleaños de San Expedito.

“Pasaron por la iglesia, más de 20.000 personas durante ese día y alrededor de 6500 manos tocaron la imagen de la virgen. Otros se quedaron en el atrio. Es el pueblo de Dios que mantiene esta devoción: San Expedito era un soldado romano, que, como otros, abrazó el martirio, en tiempos de Jesús. El año que viene celebraremos los primeros veinte años de la declaratoria como santuario y ya comenzamos a organizar el evento”, adelantó el Padre Walter quien detalló algunas fortalezas que tiene el espacio con relación al turismo religioso: 

• Es un fenómeno que se transmite de boca en boca: la gente viene a pesar de la crisis y espera un milagro del santo de las “causas justas”;  

•  El barrio tiene un centro comercial nato muy visitado y cercano al Congreso: está muy cerca de las avenidas Corrientes y Callao; hay espectáculos de arte y venta de recuerdos en los límites geográficos de la parroquia.

El conjunto edilicio ha sido declarado Monumento Histórico Nacional y es parte del Patrimonio Arquitectónico de la Ciudad y, sin duda, merece ser conocido y recorrido; su historia es muy interesante y siempre ha estado formada por quienes formaron y forman parte de la sociedad porteña. El testimonio de estos forma parte del cuaderno de intenciones y crea un gran compromiso de fe y amor.

Patricia Ortiz 
Crédito fotográfico: Caminos Culturales