El dengue es una enfermedad grave de tipo gripal que afecta a los bebés, niños pequeños y adultos, aunque raramente resulta mortal.
Desde su clínica médica, OSPAÑA informa que los síntomas del dengue se presentan en un periodo de incubación de cuatro a diez días después de la picadura de un mosquito infectado y por lo común duran entre dos y siete días. Esta enfermedad está clasificada por la Organización Mundial de la Salud en dos categorías principales:
Dengue con o sin signos de alerta: debe sospecharse cuando una persona tiene fiebre elevada (40°C) que se acompaña de dos de los síntomas siguientes durante la fase febril: dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los globos oculares, náuseas, vómitos, agrandamiento de los ganglios linfáticos y dolores musculares y articulares.
Dengue grave: es aquel en el cual el paciente entra en “fase crítica” –por lo general de tres a siete días– después de iniciarse la enfermedad. Cuando la fiebre baja a 38°C o menos, pueden manifestarse los signos de alerta asociados al dengue grave; esta sí es una complicación potencialmente mortal que cursa con acumulación de líquidos, dificultad respiratoria, hemorragias graves o falla orgánica. Los signos de alerta son: dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, hemorragias en las encías, respiración acelerada, cansancio mortal y sangre en el vómito.
En cuanto al tratamiento, no existe uno en particular. Pueden tomarse antifebriles y analgésicos para reducir los síntomas de dolores musculares y fiebre, aunque la mejor opción terapéutica es el paracetamol. También existen los AINE (antiinflamatorios no esteroideos) que, tanto como el ibuprofeno y la aspirina, deberían evitarse por ser anticoagulantes, ya que esta es una enfermedad con riesgo de hemorragias y pueden empeorar el pronóstico.
La asistencia médica y de enfermería es fundamental para controlar los efectos y la evolución de la enfermedad que puede salvar vidas y reducir las tasas de mortalidad de más del 20% a menos del 1%. En estos casos es decisivo mantener el volumen de líquidos corporales del paciente.
Por otra parte, la prevención y control deben realizarse frente a los primeros síntomas de dengue. Repetimos, como en tantos otros síntomas de enfermedad, que “no es conveniente automedicarse” y, en el caso de que el diagnóstico fuera positivo, hay que evitar la picadura de más mosquitos durante la primera semana de enfermedad porque es muy posible que el virus circule en la sangre durante este periodo y, por lo tanto, el virus continuará transmitiéndose a otros mosquitos no infectados, que a su vez podrían infectar a otras personas.
Es esencial evitar que las crías continúen infectando: el método principal para controlar o prevenir la transmisión del virus del dengue consiste en luchar contra los mosquitos vectores tomando los recaudos domésticos que son de dominio público y que las autoridades sanitarias recomiendan.
Patricia Ortiz
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