El cáncer de ovario es una enfermedad en la que las células de este órgano se desarrollan, dividen y reproducen sin control. Tal y como ocurre en otros tipos de cáncer, el de ovario puede propagarse a otros tejidos y así producirse una metástasis.
OSPAÑA advierte que el riesgo de sufrir esta enfermedad aumenta con la edad, especialmente luego de la menopausia. Si bien las mujeres de 20 a 30 años pueden sufrir este tipo de cáncer, el riesgo es bajo; la gran mayoría de los casos se diagnostican en mujeres de más de 45 años —la edad media de diagnóstico es entre los 61 y los 63 años—.
Existen varios factores que predisponen a una mujer a padecer este tipo de enfermedad. Entre los más frecuentes encontramos el hecho de tener familiares cercanos (madre, hermana, tía o abuela, tanto maternas como paternas) que hayan tenido cáncer de ovario, de mama, de útero o colo-rectal; tener endometriosis —una afección en la que el tejido que recubre el útero crece en otras partes del cuerpo—, no haber tenido hijos o haber tenido dificultades para quedar embarazada. Por otra parte, el riesgo aumenta en las mujeres que toman estrógeno solo (sin progesterona) durante diez años.
Entre los síntomas provocados por este tipo de cáncer se encuentran el sangrado o secreción vaginal —sobre todo si se ha pasado la menopausia—, dolor o presión en el área pélvica, dolor abdominal o de espalda, sensación de hinchazón o dificultad al comer. También aparecen la necesidad de orinar con mayor frecuencia o urgencia y el estreñimiento.
Si bien no hay métodos específicos para la prevención del cáncer de ovario, existen algunos factores que están relacionados con una menor posibilidad de contraerlo, como haberse sometido a procedimientos quirúrgicos de ligadura de trompas, extirpación de ovarios o histerectomía; haber dado a luz o, incluso, la lactancia materna —estudios indican que las posibilidad de tener cáncer de ovario disminuyen levemente en mujeres que han amamantado durante un año o más—. Es importante recordar que ninguna de estas situaciones elimina las posibilidades de contraerlo y que solo son factores que pueden reducir el riesgo, no un método preventivo.
En OSPAÑA, luego de que la paciente consulte con el especialista, este determinará los estudios a realizar. En el caso de que los resultados diagnostiquen la enfermedad, el tratamiento a seguir se elige en función de cada paciente: puede consistir en una cirugía para extirpar el tejido canceroso o en quimioterapia para reducir el tamaño del tumor o eliminarlo. La quimioterapia es un tratamiento en el que los medicamentos pueden administrarse a través de píldoras o por vía intravenosa; en ocasiones, se combinan ambos métodos.
Patricia Ortiz
Corrección: Ailen Hernández
Para más información, puede visitarse el sitio web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades https://www.cdc.gov/spanish/cancer/ovarian/ (USA) y el canal de Youtube de este mismo centro https://youtu.be/Z_eZGzEwMhs .
Crédito fotográfico: Cancer.org
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