El cerebro es un órgano complejo que está ubicado dentro del cráneo; es el encargado de manejar la actividad del sistema nervioso y constituye la parte más voluminosa del encéfalo. Aunque antes se consideraba al cerebro un órgano estático y rígido, en la actualidad se sabe que es permeable, modificable, dinámico y, por sobre todas las cosas, que tiene una gran capacidad de cambio conocida como neuroplasticidad y está presente en los movimientos voluntarios, tales como el habla, la inteligencia, la memoria, las emociones y procesa la información que recibe a través de los sentidos
A pesar de la afirmación que dice que el cerebro debe ser entrenado y ejercitado como un músculo para evitar que se atrofie; no es eso correcto porque no está compuesto por miocitos o células musculares, sino que está formado por millones de neuronas que, interconectadas mediante axones y dendritas, permiten regular todas y cada una de sus múltiples funciones.
Desde su centro médico, OSPAÑA informa que los niños tienen muchas habilidades que se desplegarán a lo largo de los años y toda acción temprana de estimulación, ayudará a desarrollar el cerebro, en especial durante los tres primeros años de vida. Esta actuación establece los cimientos que el niño necesitará en su proceso neurobiológico y, a su vez, logrará una integración armoniosa y saludable con el medio ambiente que lo rodea.
El desarrollo empieza en el momento de la concepción con una relación positiva en cuanto a la gestión de las emociones: todo lo que se comunique al bebé es importante para que mientras está en el útero active los circuitos en el cerebro que hacen que el niño sienta las mismas emociones. En cambio, si los sentimientos son de disgusto o tristeza, el niño recibirá esos sentimientos y, debido a que su cerebro establecerá un tipo de conexiones neuronales para esos sentimientos negativos, los circuitos para esas emociones se activarán con rapidez.
En conclusión: en ambientes ricos de tranquilidad y solaz, el desarrollo neurológico y cognitivo del niño es más saludable ya que puede empezar desde la misma cuna, teniendo en cuenta, en especial, que los primeros mil días de vida representan una oportunidad única de recepción y asimilación de estímulos y atenciones que marcarán su futuro.
Patricia Ortiz
Corrección: Ricardo de Titto
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